Nekane Domblás
Nekane Domblás

Periodista especializada en política

ANÁLISIS DE LA SEMANA EN LAS ISLAS

Vidas paralelas en Palma y en Madrid

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No tenemos ninguna preocupación». La frase, de un alto cargo gubernamental, se refiere al hecho de que los presupuestos siguen prorrogados y no parece que haya posibilidades de que se aprueben otros por ahora. Pese a lo que pueda parecer, el alto cargo no es el vicepresidente del Govern, Antoni Costa, del PP, sino del ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, del PSOE. Esta semana se ha vivido un juego de espejos en Madrid y en Palma. El Gobierno ha vuelto a perder una votación en el Congreso y Vox amenaza con llevarse aquí por delante el decreto para construir 20.000 viviendas en Palma. La presión de Vox, como la de Junts, en Madrid, está dejando a los dos gobiernos en una situación cada vez más complicada y no por una cuestión ideológica, sino por puro tacticismo.

¿Está de acuerdo Junts con la puesta en marcha de una Agencia de Salud Pública? Sí, pero vota que no. ¿Está de acuerdo Vox con la liberalización del suelo en Palma para construir 20.000 viviendas? Sí, pero probablemente votará que no a tenor de lo que ha dicho estos días su portavoz en el Parlament, Manuela Cañadas. Vox votará que no en contra de sus principios y en contra de sus exigencias porque está de lleno en un pulso con el PP para demostrar que Marga Prohens depende por completo de ellos. Es un juego de poder y no hay la menor intención de hacer política útil. Es más que probable que sus votantes apoyen la propuesta de desbloquear suelo al máximo para permitir la construcción de vivienda, pero Vox ahora mismo no actúa pensando en sus votantes sino en los intereses de partido y, más concretamente, en los de Santiago Abascal. Pasa cada vez más.

Hay un alejamiento de las cúpulas de los partidos con respecto a los ciudadanos a los que representan. Se verá con las medidas antisaturación turística y el rechazo de los partidos de izquierdas a pesar de que estas mismas medidas o algunas muy parecidas las podrían haber propuesto hace dos años, cuando gobernaban, y se habrían aprobado con la radical oposición del PP. Ese gobierno del ‘a todo no’ del PP en Madrid y del PSIB aquí tiene una consecuencia: el engorde de Vox, que cada vez se siente más fuerte y sube su puja. Ya dice que, para que haya presupuestos en Balears, además de lo que se ha pactado en Valencia sobre cambio climático y migrantes, aquí hay que sumar el bilingüismo real en las aulas, lo que supone el fin de los consensos lingüísticos de los últimos 40 años. Así lo quiere imponer un partido que tiene seis diputados de 59. Tal vez incluso lo consiga.