Con dos meses en la presidencia, Trump y su equipo han conseguido destrozar muchos aspectos de Estados Unidos, el sentido de democracia, parte de la economía y muchos de los beneficios sociales de los ciudadanos. No faltan datos que reflejen estas pérdidas, en economía se puede ver la caída de la bolsa desde que entró el nuevo gobierno y en cuestiones sociales basta ver el número de ciudadanos que han perdido su trabajo.
Para mí es aún más preocupante su ofensiva contra intelectuales y científicos en las universidades ya que afectará mucho a la sociedad a más largo plazo. La retirada por parte de la administración Trump de 400 millones de dólares en fondos federales a la Universidad de Columbia seriamente preocupó al menos a otras nueve universidades, que temen ser las siguientes en sufrir una retirada similar.
2 Las universidades públicas y privadas han sido incluidas en una lista oficial de la administración que, según el Departamento de Justicia, pueden haber fallado en la protección de los estudiantes y profesores judíos. Los líderes en muchas de las universidades han rechazado enérgicamente las afirmaciones de que sus campus son focos de antisemitismo, señalando que, si bien algunos estudiantes judíos se quejaron de que no se sentían seguros, la gran mayoría de los manifestantes fueron pacíficos y muchos de los participantes de la protesta contra el genocidio de Gaza eran judíos.
Pero han ido mas allá. El presidente del Comité de Comercio del Senado de Estados Unidos, Ted Cruz (republicano por Texas), publicó una base de datos que identifica más de 3.400 subvenciones, por un total de más de 2.050 millones de dólares en fondos federales otorgados por la Fundación Nacional de Ciencias (NSF) durante la administración Biden. Según Cruz, estos fondos se desviaron hacia proyectos cuestionables que promovían diversidad, equidad, inclusión y propaganda neomarxista de guerra de clases.
Al publicar la base de datos, Ted Cruz dijo: «Me enorgullece publicar la base de datos de nuestra investigación, que expone cómo la administración Biden utilizó a las agencias federales como arma para promover una ideología de extrema izquierda. El Congreso debe poner fin a la politización de la financiación de la NSF y restablecer la integridad de la investigación científica».
2 Entre los grupos marcados está el nuestro, que involucra una colaboración de las Universidades de Alaska, de Bois State, y de Penn State. En esta colaboración estudiábamos cómo corregir la distribución de electricidad para que no haya siempre más apagones en los barrios más pobres. Para cuantificar eso introdujimos un parámetro que llamamos equidad, se nos incluyó en la lista negra y por tanto somos neomarxistas.
Una profesora de Geotermia hizo un estudio de rocas ígneas que penetraban otras rocas ígneas. A este proceso lo llamó inclusión de rocas ígneas, por tanto es también neomarxista.
La NSF congeló inmediatamente su revisión anual de subvenciones para incorporar las directivas del presidente Trump y anunció la revisión de todas las actividades y servicios de financiación para garantizar el cumplimiento.
Yo no me considero insultado porque me llamen neomarxista, al contrario, pero probablemente no tendremos más fondos para investigación de la NSF.