El género de la IA

TW

No hablaremos aquí de género gramatical, que es una característica lingüística arbitraria de ciertos idiomas como el nuestro y afecta a nombres y pronombres (en el chino, por ejemplo, no existe eso), ni tampoco del biológico, muy discutido en la actualidad, sino de género en general, suponiendo que tal cosa signifique algo, que no lo sé. Pero se me hace raro que con el tiempo que llevamos hablando de inteligencia artificial, y siendo la identidad de género tan fundamental hoy en día, todavía no sepamos si la IA tiene o no tiene. Género, quiero decir. Y cuál, y cuántos, o si hay IA de géneros diversos, como los sustantivos. Masculino, femenino, neutro, común, epiceno y ambiguo. Porque la inteligencia natural, muy anticuada ya, se supone que no tiene ningún género ni falta que le hace, y sin embargo, a poco que investigues, siempre acaba teniendo alguno. Una especie de masculino genérico por defecto.

Puesto que esa inteligencia natural es la que construye la artificial, me extrañaría mucho que le saliese una IA epicena, o ambigua, o no normativa. Es decir, queer, no binaria, ni cisgénero, ni heterosexual. Y a todas estas, ¿puede un algoritmo tener identidad sexual? Cómo no, vaya si puede. De hecho, en la ciencia ficción y la robótica avanzada, hace mucho que sabemos de androides y ginoides, binarios a tope, y antes de verlos en «Blade Runner» ya tuvimos a la Mayor Motoko Kusanagi de «Ghost in the Shell», que luego interpretó Scarlett Johansson. Quizá la inteligencia no tenga género, pero lo que no hemos visto jamás es una inteligencia artificial sin género. Género artificial, desde luego. Así pues, la pregunta es muy pertinente, y de actualidad. ¿Qué género tiene la IA generativa? ¿Uno, dos, diecinueve? ¿Género fluido? ¿Es él, ella o elle? ¿Nos lo van a decir de una vez? Porque de momento, parece el secreto tecnológico mejor guardado, y ningún experto en robótica, IA o teorías de género, que los hay a miles, dice ni pio. ¿Qué tramarán estos cabrones? Cualquiera sabe, aunque conociendo al señor Musk, que es el colmo de su género y tiene una identidad sexual que no le cabe en el cuerpo, me lo puedo figurar. Y no me digan que el asunto no es importante.