Asseguts a sa vorera

Cortina de humo

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Todavía no lo he escrito y ya creo que este va a ser un artículo bastante aburrido. Es lo que tiene cuando durante la semana no has encontrado nada que te llame lo suficiente la atención como para inventarte unos 2.400 caracteres con espacio para entretenerte. Por eso, he decidido apuntar hacia los grandes titulares. ¿Sabes lo que es una cortina de humo? Cuando alguien tiene un problema entre las manos, una verdadera patata caliente, suele optar por dos estrategias. La primera es ponerse de perfil o apostar por un perfil bajo y dejar que el temporal amaine con el paso del tiempo, mientras que la segunda es desviar la atención hacia otro ‘marrón’ más grande, independientemente de que sea verdad o no. ¿Y qué hay de la tercera opción? La de ser honesto y asumir las consecuencias… ¿Ya te has parado de reír? No lo hace ni el más tonto. Ni el más honesto.

Por eso los medios de comunicación nos sorprenden a veces con titulares que buscan más cegarnos o centrarnos la atención, que decir la verdad. Es una táctica fea pero habitual, no hay libro de historia que libere a algún personaje de haberlo hecho. Incluso cuando no había ni medios de comunicación.

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Lo más importante con la cortina de humo no es que sea verdad, es que sea lo suficientemente espectacular para que tú dejes de pensar o de centrarte en lo que quiere esconder y te focalices en lo que está explicando. También tengo que reconocerte que no es una táctica ligada a ninguna ideología, lo hacen todas, porque la verdad es que independientemente de su ética, funciona. Y funciona bien. A veces las cortinas de humo son buscadas o pactadas. Hay un caso de corrupción y, al siguiente día, el gobierno de turno sale anunciando que subirá las prestaciones un tropecientos por cien para que los habitantes tengan la sensación de que viven mejor o de que ganan más dinero (no es lo mismo tener la sensación que serlo).

Otras veces, la actualidad echa un capote en forma de ‘algo’ que pasa y que nos emboba bobaliconamente. Lo último es el penalti del Atlético de Madrid. Lo penúltimo, el espectáculo de un tal Montoya corriendo por televisión por un caso de cornamenta. ¿Te has dado cuenta? El jueves nos importaba más saber si Julián Álvarez había tocado dos veces el balón en su penalti ante el Madrid, que conocer cómo va a incrementar el gasto en defensa el presidente del Gobierno sin que se enfaden sus amigues. Y no pasa nada, somos así. Pero no todas las cortinas de humo son malas o tienen motivos oscuros. Mira, la que yo he utilizado ha servido para maquillar que llevo 15 días de vacaciones, con pocas ganas de pensar y muchas menos de escribir, y lo he intentado disimular.