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Las canciones con contenido social, aquellas que se convertían en himnos ante las injusticias, o las que simplemente eran agradables baladas, han caído de las listas de éxitos. Ahora se impone el perreo, una especie de simulación del apareamiento animal al ritmo machacón del reggaeton. Los acordes musicales son simples y repetitivos y las letras también. Sus mensajes son objeto de análisis, aunque no hay que devanarse los sesos para comprobar que suelen ser denigrantes hacia las mujeres. «Dale, ven ven mátame, me dice dale baby maltrátame», «cuando la azoto suena pam, pam, pam», o «se la pasaba estudiando, ahora vive perreando, bebiendo en la calle, la vida gozando», son algunos fragmentos de letras de canciones que triunfaron en la plataforma Spotify.

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Ahora un estudio liderado por la Universidad Pompeu Fabra corrobora la evidencia: ha aumentado el sexismo en las letras de las canciones más populares, sobre todo en la última década, coincidiendo con la explosión de ese tipo de música. El trabajo ha analizado las letras de más de 2.000 canciones en la música de España entre 1960 y 2022, y los resultados concluyen que un 51 por ciento contiene letras con expresiones sexistas.

El estudio ha usado herramientas de análisis de contenido basadas en inteligencia artificial, y su resultado «es impactante», según la coautora del trabajo, Laura Casanovas. Evidencia que ya se puede luchar por la igualdad y celebrar el Día de la Mujer, que los estereotipos siguen perpetuándose y llegan a los oídos de millones de jóvenes en forma de hits musicales, los de su época, con toda la influencia que eso representa para un adolescente, que busca figuras en las que inspirarse. Sin filtro, no hay un locutor que seleccione, los algoritmos se encargan de colocarlas, en función de las escuchas, en los primeros puestos de unas listas en las que abunda la «hipersexualización y objetificación del cuerpo de la mujer» e «ideas relacionadas con la posesión y el control por parte de los hombres». Machismo como música de fondo y en bucle.