El Golfo de América, en uso de sus atribuciones presidenciales y fiel a su costumbre de alterar la nomenclatura y cambiar los nombres de las cosas, decretó nada más tomar posesión del Despacho Oval que el golfo de México, pasaría en el acto a llamarse golfo de América. Parece una tontería, pero no lo es, ya que si aspiras a modificar la geopolítica mundial, primero hay que cambiar la geografía, de manera que esa corriente oceánica que calienta el planeta, brote precisamente de tu voluntad. Es decir, de América y no de México, país de delincuentes emigrantes. Que la cosa iba en serio y el presidente Trump (el Golfo de América) no bromea, y sabe que para cambiar algo primero hay cambiarle el nombre, ya se trate de guerras, invasiones, colonizaciones o accidente geográficos, se evidenció la semana pasada cuando la prestigiosa agencia de noticias estadounidense Associated Press fue vetada en la Casa Blanca, y sus reporteros no podrán informar hasta que utilicen el nuevo nombre legal y dejen de repetir la expresión golfo de México, lo que les convierte en promotores de la desinformación.
Oraciones
El golfo de América
19/02/25 4:00
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