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Trump es un megalómano maleducado que se está comportando como un dictador en sus primeros días como presidente. Pero sus peores comportamientos han sido de siempre con las mujeres. Tiene muchas acusaciones por abuso sexual, maltrato e incluso algún caso de violación, pero nada le pasa. Con dinero se arregla todo. Unos días antes de su inauguración como presidente fue condenado por un juez por abuso sexual, pero no le impuso ni multa ni prisión. No se ha hablado casi nada de esta situación.

Por su actitud con las mujeres no es sorprendente que sean ellas las que más le han plantado cara. Así Michelle Obama dijo claramente que no quería ir a la inauguración de Trump. Ella es una mujer fuerte e inteligente y ha aguantado muchas críticas e insultos por parte de Trump. Él explícitamente dijo que era «una horrible mujer». Así pues el expresidente Obama fue solo a la ceremonia, pero no se quedó al banquete, como tampoco fueron los otros expresidentes.

La obispa Mariann Edgar Budde

Otra mujer que fue insultada repetidamente por Trump es Nancy Pelosi, la anterior líder de los representantes demócratas en el Congreso. Ella no participó tampoco en la celebración pero no hizo declaraciones púbicas sobre ello.

Representantes de Texas al Congreso Jasmine Crockett (D) y Verónica Escobar (D) dijeron al «Dallas Morning News» que no asistirán a la toma de posesión de Trump, que este año coincide con el día de Martin Luther King Jr., citando profundas preocupaciones sobre su presidencia y considerando que no podían celebrar a quien a desdeñado toda la labor the Martin Luther King.

Tampoco asistió la representante de Nueva York Alexandria Ocasio-Cortez y la mayoría de las representantes progresistas pertenecientes a lo que se llama su escuadrón. Alexandria comunicó a través de un vídeo que ella no celebraba con violadores.

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Una mujer que no es del partido demócrata y que se negó a ir a la celebración fue Karen Pence, la mujer de Pence el vicepresidente de Trump en su anterior mandato. La relación con Trump fue tensa ya que Trump el 6 de enero del 2020 acusó a su vicepresidente de carecer de «el coraje» para rechazar la certificación de los votos del colegio electoral. Entre los que asaltaron al Capitolio algunos coreaban «¡Cuelguen a Mike Pence! mientras intentaban detener la certificación. Después los Pence recibieron muchos insultos y amenazas de muerte.

El enfrentamiento más comentado fue durante la ceremonia religiosa que siguió a la toma de posesión del presidente. La ceremonia la dirigió la obispa Mariann Edgar Budde, la primera mujer en servir como líder espiritual de la Diócesis Episcopal de Washington, y ha dirigido la diócesis desde 2011.

Con el presidente sentado al frente de la iglesia, la obispo cerró su sermón instándolo a «tener misericordia de la gente de nuestro país que ahora está asustada» y citó a las personas Lgtbi. y a los inmigrantes. La obispa dijo que la unidad requería honestidad, humildad y reconocimiento de la dignidad de todos los seres humanos. «Le pido que tenga piedad, señor presidente», dijo, y agregó: «Alguna vez todos fuimos extraños en esta tierra».

La Casa Blanca sostiene que la obispa Budde politizó su sermón y debería disculparse con el presidente por las supuestas mentiras que dijo. Pero al pedir clemencia para los millones de personas que hoy se sienten amenazadas, habló con respeto y humildad. Su mensaje no fue político: fue una súplica de compasión.

Esperemos que continúen las mujeres intentando frenar a Trump.