A la Federación Española de Fútbol (RFEF) se le antoja que las aficionadas que se desplazaron a Arabia Saudí a animar al Mallorca en la Supercopa no saben muy bien qué palabra usar para designar una determinada circunstancia. Un tocamiento para la federación bien puede ser simplemente un caso de agobio y no de acoso, equivocación que se atribuye al nerviosismo que causa ver tanta gente arremolinada a tu alrededor con la intención de hacerse selfies o preguntar tu precio para irte a la cama con ellos sin ningún tipo de seguridad que te ampare. La Federación tira de condescendencia, es decir las trata como ignorantes, para banalizar un caso en el que da por sentado lo que las mujeres padecieron en sus carnes como si ellos hubieran estado ahí presentes.
Tribuna
Sonrojante
21/01/25 4:00
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