Vox, el partido que representa en España a la extrema derecha que marca el rumbo político en medio mundo, seguirá teniendo un protagonismo decisivo en el año que acaba de echar a andar. También en Balears. El PP necesita a Vox, ya sea para seguir liderando los gobiernos que preside –como el de Marga Prohens en las Islas–, ya sea para que no le arrebate el voto de quienes consideran que los ‘populares’ tienen todavía querencias por los planteamientos de la izquierda.
El Govern balear ha estrenado 2025 con los Presupuestos del año anterior prorrogados. ¿Qué significa eso? A efectos prácticos, absolutamente nada. España no es Estados Unidos, no lo es todavía y está lejos de serlo, donde la no disponibilidad de fondos puede suponer que no se paguen las nóminas y el cierre de la Administración. No es el caso de ninguno de los Gobiernos que ha empezado el año sin Presupuestos. Nada supone a fectos prácticos pero si vale como clave política para definir o esbozar un dibujo de la situación. El portavoz del Govern, vicepresidente y portavoz del Ejecutivo ha empezado el año –lo hizo el viernes 10– con otra de sus frases para la historia: «Los Presupuestos serán azules o no serán». Fue después de señalar a Vox como su primer interlocutor para aprobar las cuentas que no pasó ese partido a finales de 2024 y después de proclamar que la negociación se retomaría sin prisas y sin aceptar las exigencias de ese partido que el Govern interpreta como líneas rojas pero añadiendo que ese color, que identifica a la izquierda, tampoco será el que defina las políticas de Balears. El PP seguirá este año pendiente de Vox. Quizá sea oportuno recordar que «los azules» eran el nombre que definía al bando sublevado en la Guerra Civil por el color de la camisa de Falange.
La plana mayor de ese partido había estado el día anterior en la concentración celebrada en es Born de Palma para apoyar a Edmundo González como presidente de Venzuela y clamar por «la libertad» en aquel país. Más que apoyar, Vox impulsaba esa concentración. Parte de los organizadores, venezolanos que llevan tiempo viviendo en Mallorca, militan en Vox. La presidenta Prohens había anunciado su presencia y acudió. Aunque lo hiciera media hora tarde (el acto no comenzó hasta que llegó), estuvo allí y tuvo ocasión de comprobar el número abundante de cargos del partido de la extrema derecha, incluido el diputado Jorge Campos. Si alguna vez creyó la izquierda (y especialmente Més per Mallorca) que podría alcanzar acuerdos con el PP balear para dejar de lado a Vox, que se vaya olvidando. Tanto el partido que lidera en Balears Prohens como el que lidera Santiago Abascal desde Madrid tienen puntos en común y ambos coinciden en que se necesitan. Empieza el año y Prohens no quiere líneas rojas ni números de ese color.