Algunos animales saben hacer nudos, rudimentarios pero útiles, y así construyen nidos, decoran sus refugios y se fabrican confortables alcobas. Lo cierto es que si tienes una cuerda, una cinta, una tira de piel o un tallo flexible, el concepto de nudo salta a la vista inmediatamente, se cae por su peso, lo difícil habría sido no inventarlo. Porque además, para afrontar la realidad, que es un lugar desordenado lleno de cosas sueltas con tendencia a la dispersión, es fundamental poder unir unos fragmentos con otros, atar cabos, trabar objetos y superficies, ligar las partes de un todo. Y para eso, naturalmente, hacen falta nudos. Antes de que existiesen los sistemas de cableado, que se anudan por sí mismos bajo las mesas, ya eran necesarios los nudos para poder simplemente vestirse, cargar con los pertrechos necesarios (armas, vituallas), construir chozas y recipientes, inventar la lanza y el arco. Para todo era preciso un extenso entramado de nudos, a fin de mantener unidas unas cosas con otras, bien anudadas, para evitar que el mundo se volatilizase y la realidad nos hiciese añicos, que es a lo que se dedica desde el principio de los tiempos. Y no estoy hablando de nudos espirituales, ni de anudar en sentido metafórico, sino físico y material, por medio de cuerdas, correajes, cintas, etc. Lo que hubiere en cada momento. De alguien demasiado tonto siempre se dijo que no sabía ni atarse los cordones de los zapatos, y hace milenios que los primeros navegantes ya conocían docenas de nudos (calabrote, mariposa, pescador, cabestrante, cazador, corredizos…). No es cierto que el nudo del ahorcado fuese el primero en inventarse, solo los muy pesimistas acerca del ingenio humano lo creen así, y probablemente se trató de algún antepasado paleolítico deseoso de colgarse un diente de oso del cuello, o fabricarse unas primitivas sandalias, pero eso es lo de menos. Lo importante es el extraordinario desarrollo de los nudos (¡el nudo gordiano!), en variedad, complejidad y solidez a la par que la civilización. No hay civilización sin nudos, y esa inquietante evidencia es la que llevó a Freud a inventar la psicología. Pero no hablamos ahora de nudos mentales, sino de nudos.
Oraciones
Grandes inventos. Los nudos
13/01/25 4:00
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