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Dos distinguidos escritores, quizás no los únicos, pues también Xavier Marías visitó el lugar, se hermanaron por sus letras y de por vida a ese bello pueblo costero, cuando relataron un fragmento de sus memorias. Uno de los más referidos es Josep Pla, quien, en un primer viaje a la Isla, no vencido el ecuador del pasado siglo, se alojó en un hostal fornellense. Allí, según contó (1), pasó una noche en blanco, claramente inquieto, al deducir de un perceptible ronroneo las exploraciones de un roedor en su cambra, que por su destreza en el vaivén consideró como parroquiano habitual del establecimiento.

Sus susurros impidieron conciliar el sueño al ampurdanés en una noche que calificó de vigilia extenuante. Tampoco la presencia de un viejo felino, bonachón y nada batidor, que requirió al posadero para atenuar su desazón, pudo sosegar al escritor. Pla, en cualquier caso, no advirtió del todo su presencia, el ratón se desvanecía como por ensalmo al distinguir la luz de la vela. Josep Pla abandonó el hostal, sin esperar la diana, vencido y somnoliento, y lo más seguro: taciturno y fastidiado. Mucho después, en 1976, Alfredo Bryce Echenique apareció en ese pueblo marinero, cuya estancia como ‘pluriempleado’ describieron espléndidamente: Joan F. López Casasnovas (2) y M.A. Limón (3); si bien, bastante antes, ya lo había descrito el propio escritor peruano en un libro de Antimemorias. En este caso no fue la presencia de otro roedor, el motivo de la anécdota, sino la forma de gestionar su cena en el bar «La Palma», cuyos propietarios lo veían entrar noche tras noche, grave y distraído, con pasos inseguros. Parecía más un tipo ebrio que un literato en busca del sustento. Algo extraño ocurría después. Tras haber cenado, y haberse bebido dos copas de coñac, abandonaba el local con un aplomo de resuelta sobriedad. «Perdone que le moleste, le dijo Jaume Sans copropietario del Bar, pero, en verdad, es usted el cliente más raro que conozco. Es el único cliente que he visto entrar borracho, tomarse unas copas, y salir prestamente completamente sobrio…» (4)

Mi recuerdo impregnado de respeto y gratitud va en favor de Nina [Julián], en la foto adjunta, copartícipe de «La Palma», madre de Jaume y de Teresa Sans, a quien conocí en los años sesenta en Tirant Nou ayudando a mis tíos Antoni y Guida. Cuando Nina venía a Es Mercadal, en el ocaso de mi abuelo Joan, ya herido de muerte, paraba unos minutos en su casa des Carrer Nou, y le proveía una botella de Jerez-Quina y unos filetes de buen pescado. Nina con su afecto y su ofrenda hacia llover sobre él y sus familiares, ya huérfanos de toda esperanza, una impagable lluvia de bondad y de misericordia.

(1) «Illes Mediterrànies» [Llibres a mà]. Ed. Destino. Barcelona, 1986
(2) «Bryce Echenique a Fornells» Ultima Hora Menorca (30/V/2008)
(3) «Bryce Echenique, un novel.lista rere una finestra de Fornells» Es Diari (14/VII/2024)
(4) «Permiso para vivir (Antimemorias)» Ed. Anagrama. Barcelona, 1993