TW

Una estrella de Onlyfans se acuesta con cien hombres en un día y las redes arden acordándose de los padres de ella, sintiendo pena por tener una hija así, apiandándose, poniendo el grito en el cielo por tremenda aberración sexual y consentida. Pero curiosamente nadie se acuerda de los padres, ni siente lástima, de los cien individuos que tomaron parte de esta pantomima denigrante. Tan solo son un número para batir un supuesto récord y poder descalificar con mayor ira y regocijo a la estrella de onlyfans que advierte que su idea es hacer la misma heroicidad con mil hombres o mil eyaculadores precoces porque en solo 24 horas no sé qué pensar. Tampoco nadie se preocupa por las consecuencias emocionales que pudiera conllevar tal oleada de actividad sexual. El mismo hecho de tratar esta cuestión como si se redujera tan solo a un problema grave de los padres es hablar de ella como si nomás fuese una muñeca de trapo, una herramienta. Al igual que al enterarnos de que una colaboradora del programa de moda, La Revuelta, vaya a dar las campanadas en RTVE junto a David Broncano, el presentador de moda, a los navegantes se les ocurra hacer chistes fáciles y estúpidos en consonancia con su misma estupidez. Tal es el caso de Bertrand Ndongo, más conocido por el negro de Vox según la wikipedia a la que he consultado para saber su verdadero nombre. A Lalachus, la colaboradora, no la he visto en directo más que una vez. No sabía que se había hecho tan popular cuando me enteré de lo de las campanadas. Es más, no recuerdo que me hiciera gracia o no, no recuerdo nada, tan solo que la vi una vez. Puede que sea la persona ideal para dar las campanadas. Ya se verá. Lo que sí es cierto que para replicar a según qué sectores yo soy más partidario del silencio y no rebajarse a hacer bromas de un gusto en entredicho como la del papo. Supongo que me he vuelto muy carca. O tal vez siempre lo he sido.