El 6 de noviembre a las 7 de la mañana estaba yo aún en la cama, a pesar de haberme despertado una hora antes, pero me daba miedo levantarme y enfrentarme a la realidad. Hasta aquel momento había mantenido mi esperanza en que Kamala triunfara, pero todo se acabó al levantarme. Trump había barrido.
Hasta el día 4, todas las encuestas daban un empate entre Kamala y Trump. En los 7 estados que podrían ser decisivos, Kamala lideraba en cuatro y Trump en tres. Al final Trump ganó en los siete estados. Las encuestas fallaron totalmente. Esto aún hizo más dolorosa la derrota de Kamala.
Si al menos hubiera estado en Estados Unidos, habría bajado al taller a golpear madera y tallar algo, como lo hice cuando Trump ganó en 2016. Pero en Madrid no tengo taller y tengo que copar con la frustración y la desesperación sin poder dar golpes. Sí, desesperación por lo que se nos viene encima con Trump.
PARA LAS MUJERES será una vuelta atrás muchos años. La prohibición del aborto seguro que se establecerá, y eso puede causar muchas muertes. También se ha mencionado varias veces en la campaña la prohibición del voto a las mujeres. Varias personas del entorno de Trump han manifestado que América estaba mucho mejor cuando las mujeres no votaban. Creo que cancelar el derecho de voto será complicado, pero seguro que se intentará.
Malo va a ser también para los inmigrantes. Veremos más restricciones y muertes en las fronteras, sobre todo en la frontera sur. Pero también anunció Trump deportaciones masivas a sus países de origen de inmigrantes en Estados Unidos. Muchas familias pueden perder la posibilidad de una mejora de vida.
Veremos también un cambio de dirección en cuanto respecta al cambio climático. Volverá el fracking a la zona costera de Alaska y la búsqueda de nuevas fuentes de combustibles fósiles. Incluso podría volverse al uso del carbón, el carbón verde, como lo llama Trump. La protección al ecosistema bajará. Ahora que ya hemos llegado a un aumento en la temperatura global de 1.5 grados, podríamos ver una aceleración del proceso.
En los presupuestos veremos un serio aumento de gastos en defensa y un recorte de impuestos sobre todo a los más ricos. Eso implicará una reducción de inversiones en muchas áreas, como seguridad social, sanidad, investigación y otras áreas que no son importantes para Trump. Los que sufrirán más los recortes serán los sectores más pobres de la sociedad, para quienes la Sanidad ya es un gasto imposible.
HABRÁ UNA REDUCCIÓN de fondos para investigación científica, como ya sufrimos en la primera presidencia de Trump. En particular en áreas que tengan algo que ver con el cambio climático. Esto afectará principalmente a jóvenes investigadores.
En cuanto a la política exterior, la posibilidad de guerras aumenta y da terror que un megalómano y desequilibrado mental pueda apretar el botón de la bomba atómica.
A más largo plazo, puede que se vea afectada la misma esencia de la democracia. Trump ha dicho varias veces que si él salía elegido no harían falta más elecciones. Él no piensa abandonar la presidencia. En las últimas semanas ha manifestado su admiración por el régimen político de Corea del Norte. Aún tengo la esperanza de que la fuerza de las instituciones en Estados Unidos no permita que eso suceda. Pero la amenaza está frente a nosotros.