Llevamos dos semanas con el corazón compungido viendo barro por todas partes y a todas horas. Es una pesadilla. Y lo es porque todo esto que vemos constantemente es real. Si se tratara de una película de terror, podríamos descansar al terminarse el día. Pero no acaba, y no estamos descansando nada. Incluso ocupa nuestras pesadillas. Me parece que ya he soñado varias veces que estoy inclinada con una pala achicando agua sucia. Para que todo esto se pueda soportar, hay que contarlo como si se tratara de una película, es decir, de un espectáculo. Porque, al final, todo se convierte en un gran espectáculo. Aún así, cuesta mucho acostumbrarse. Y eso que hemos visto grandes películas de desastres naturales que preconizan que no hay que jugar con la naturaleza –porque es muy mala– ni construir casas y edificios en zonas inundables.
Una se acostumbra a todo
Estas aguas viven en Mombasa
13/11/24 4:00
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