TW

Ring... ring... - Good morning, friend, the great America awaits you. - Hola, eres Johnny Pacheco. Mai fren Johnny.
- Sí, claro, menorquino. Aquí estamos en los últimos días de campaña. Ok.
- Sí, ya me dijiste que estás en el equipo de Trump, asesor para temas hispanos.
- Sí, eso, adviser. Mira que le dije: Puerto Rico, lo mejor del mundo entero y va y suelta: Puerto Rico, mejor un estercolero. Ya la tenemos armada. Él cree que con Duo Linguo aprende hispano en quince días.
- Bueno, aconteceres de campaña. Te pido un favor de amigo, si lo tienes a mano, pásame a Donald. Una entrevista a las puertas de la Casa Blanca puede ser mi futuro en Le Monde Diplomatique.
- Yes, yes… I am Donald Trump.
- Good monin, hijo de la Gran Manzana, que diría Ayuso, la frutera. Y con usted nunca mejor dicho, porque es oriundo de Queens.
- Yes, yes… Queens. I love Queens. Who do I have the pleasure of speaking to?
- Ya sabe que se llama así en honor a Catalina de Bragança, esposa de Carlos II. Por cierto, soy Josep, el atribulado reportero a la caza de una exclusiva. Me ha dicho mi amigo Pacheco que usted ya domina la lengua de Cervantes.
- Oh, sí, claro. Ahora leyendo el «Tirant lo blanc» con la ayuda de Pilar Rahola, a ver si antes final campaña puedo decir setse juges mengen fege dun penjat.
- Casi lo tiene, pero que no le pase como con Puerto Rico y luego suelte a los setze jutges los han ben penjat. Bueno, ¿cómo va la campaña?
- Viento en popa a toda vela… no corta el mar, sino vuela un candidato parlanchín; Donald pirata me llaman, por mi bravura el Temido/
- Ya veo, ya veo, va usted más lanzado que el Barça. ¿No puede ser negativo un exceso de confianza?
- ¡Exceso de confianza! Nada de eso. Está pequeña Kamala, con el cerebro de un mosquito y más perezosa que un koala. ¡Ya está, a partir de ahora la llamaremos Koala Harris, apunta Pacheco! Esa hija de puta, esa terrorista, esa liberal californiana, esa indo-jamaicana. Ya sabe que si gana Koala Harris es posible que nunca volvamos a tener elecciones en nuestro gran país, cuna de la democracia, patria de la libertad, paraíso de los ricos.
- Sí, eso dijo usted en un mitin en Miami, pero seguro que no lo piensa.
- Si ganan los demócratas, la gran frontera desaparecerá y todo se llenará de inmigrantes.
- Por cierto, ya sabe que según los últimos datos en su barrio de Queens ya hay mayoría de inmigrantes, como lo fueron sus padres. ¿No cree que, con este discurso contra los inmigrantes, cuando dice que los va a expulsar a millones, no perderá votos hispanos?
- Ni mucho menos. Los inmigrantes establecidos son los primeros que están en contra de los inmigrantes nuevos, y son esos los que votan.
- Bueno, la fraternidad y la solidaridad son virtudes típicamente humanas.
- Eso será en Europa. Aquí somos capitalistas. Otra cosa es que llegasen como esclavos, como en el siglo XVIII. Pacheco, ¿qué te parece si proponemos recuperar la legislación esclavista?
- Lo dirá usted en broma. Lo que yo creo es que podría comprar las hamburgueserías, icono de la nación, y que se llamen McDonald’s Trump.
- ¿Le parece a usted que yo bromeo? ¿Sabe qué? ¿De Menorca ha dicho? Mire que voy a proponer recuperar nuestra base en Ferrerías y volverá a ondear la gloriosa bandera de las barras y estrellas. Seguro que Sánchez me dice que sí. ¡S’Enclusa for the great America!
- Esto será una gran exclusiva. Seguro que Josep Bagur lo pone mañana en portada y que algún periodista discurrirá sesudamente que seguramente es mejor que tenerla veinticinco años abandonada. Pero volvamos a su contrincante, a la señora Harris.
- Es una enviada del demonio, una hija de Satanás, la personificación del mal, una retrasada mental, una vicepresidenta de mierda, ¡que se vaya de América! Solo busca destruir nuestro hermoso país y llenar las praderas de chamaquitos. No lo dude, vamos a ganar porque tenemos a Dios de nuestro lado. La biblia es nuestro guía.
- Pero, ¿qué parte? ¿El antiguo o el nuevo testamento?
- Nada de testamento, aquí no se va morir nadie. Vamos a ganar, ganar y ganar.
- Pero, señor Trump. También puede pasar que pierdan, como hace cuatro años.
- ¡No, no, no! Hace cuatro años no perdimos, nos robaron la presidencia, hicieron trampas. Los que asaltaron el capitolio fueron ellos. Esta vez no va a pasar. Tenemos más de cien millones de dólares para premiar a los buenos americanos que denuncien chanchullos demócratas, tenemos más de mil canales abiertos en X para evitar las trampas demócratas, tenemos un ejército de abogados instruidos para actuar.
- Un ejército de abogados. Hum, me gusta la imagen. Bueno, que gane el mejor, señor Trump. O la mejor.
- Ya veo que esa mujer le ha engatusado, señor periodista de pacotilla.