Nadal, Nadal, Nadal... Prosigue incontenible la ola de elogios dedicados a Rafael Nadal con motivo de su retirada de la alta competición tenística. Poco que añadir a la formidable trayectoria de quien puede ser considerado sin ambages como el mejor deportista español de la historia. Sabemos que nunca volveremos a experimentar el éxtasis deportivo al que nos ha llevado en tantas ocasiones el fantástico tenista manacorí en las pistas de todo el mundo. Imposible olvidar el que fuera considerado como el mejor partido de tenis de la historia, el que enfrentó a Rafa con Roger Federer en la final de Wimbledon 2008. Gracias por todo, Rafa, y cuidado con el sportwashing (lavado de imagen del corrupto régimen saudí).
13-X-24 domingo
Uf, uf, uf. ¿por dónde empezar?... Gaza y la ignominiosa guerra: Israel tiene derecho a defenderse, cierto, pero no lo tiene a masacrar a todo un pueblo. Ucrania y su heroica resistencia al enloquecido monstruo ruso. ETA de nuevo en el Congreso para camuflar errores. El rey Juan Carlos y su lujurioso currículo del que vamos conociendo preocupantes flecos: ¿Sabía algo el rey del golpe de Estado del 23-F antes que se produjera, como puede inferirse de sus campechanas conversaciones con Bárbara Rey?... El progresivo descrédito de la verdad en los medios del que nos habla Ángeles Durán, cabeza visible del periodismo balear. El gran gurú de la posverdad, Donald Trump, que puede volver al poder dentro de poco (vade retro, Satanás). La corrupción de nuevo: el caso Koldo que podría salpicar al palacio de la Moncloa… El affaire del agua en Mahón, tremendo caso de ineficacia administrativa. La crisis de la vivienda. Campos de concentración para inmigrantes (externalización lo llaman). Etcétera etcétera. Iremos por partes…
15-X-24 martes
No podía empezar mejor la presidencia del físico Jaume Verdaguer al frente de un Ateneo que pronto cumplirá sus primeros 120 años de vida, con más de mil socios en el zurrón, un local impecablemente remodelado y un equipo directivo cohesionado y pletórico en planes e ilusiones. Todo apunta a que estamos ante una etapa menos presidencialista (los antiguos presidentes nos pasábamos media vida yendo y viniendo del Ateneo) más colegiada de lo habitual, en la que se anuncia la necesaria puesta al día de los actuales estatutos, claramente desfasados.
En la brillante apertura de curso apareció por sorpresa (relativa) el renombrado científico mahonés Manuel Elices quien, con sus 87 años a cuestas, obsequió a la audiencia con una soberbia presentación (sin papeles) del conferenciante, desde su atalaya de eminente catedrático y colega del ponente. Por su parte, Juan Ignacio Cirac, doctor en Física Teórica en la Universidad Complutense de Madrid, estuvo todo lo didáctico que la física cuántica permite, en una conferencia repleta de revelaciones sobre un mundo de un futuro nada lejano que se cierne sobre nosotros proyectándonos trillones y trillones de ubicuas y saltarinas chiribitas.
Parece que la mensajería encriptada va a ser la madre del cordero, o como me dice un amigo, veremos recrudecerse la batalla ya iniciada entre las grandes potencias a ver quién llega antes a descifrar la criptografía de los otros. Otra conclusión del lego en la materia, anotadas en su agenda molesquín, sería que la tecnología cuántica nos proporcionará formas comunicativas más rápidas y seguras, todo ello flotando en un mar de partículas que a la vez están dentro y fuera, gatos que simultáneamente están vivos y muertos (Schrödinger) y cifras decimales corriendo enloquecidamente hacia no sabemos dónde, todo ello, afirmó el conferenciante, con el objetivo de seguir investigando para defender nuestra civilización (saca el revólver, forastero). Un espectáculo que parece salir de «Las mil y una noches» y que es el que espera a las nuevas generaciones en su mundo de hoy. Los del mundo de ayer observamos atónitos.