Mi ordenador me exige actualizarse casi cada día, y con malos modos. Mi televisor, que es mucho más inteligente que yo, también ha cogido la misma mala costumbre, y al encenderlo suele abrir una ventanita asegurando que tiene que actualizarse, aunque permite la opción de hacerlo más tarde, que es la que escojo siempre. Hasta que las demoras exasperan al aparato, que se actualiza por las bravas sin permiso y sin opciones. Actualizarse es el dogma universal, y si los electrodomésticos lo aplican a rajatabla, es que es de aplicación universal obligatoria. Un mandato cultural. La mayoría de pelis y series son actualizaciones de viejas películas y series mucho mejores, y no digamos las novelas. Ya tenemos innumerables «Romeo y Julieta» de supermercado, guerras de Troya por todas partes, con la cólera de Aquiles muy actualizada, y una larga lista de superhéroes a la búsqueda del vellocino de oro. Vellocino a su vez actualizado, naturalmente.
Oraciones
El Nobel también se actualiza
16/10/24 4:00
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