Hace diez años, el 26 de septiembre de 2014, el compromiso compartido de 18 empresas con sede social en las islas y la determinación de la CAEB, la FEHM y el Govern de les Illes Balears de contribuir al diseño de un futuro más próspero, culminaron en el nacimiento de la Fundació Impulsa Balears.
En aquel entonces, la sociedad balear aspiraba a mayores niveles de bienestar, desde una economía castigada por una tasa de desempleo del 22,3 por ciento (2013), tras la salida de una larga crisis que se había saldado con un descenso del PIB del 6,8 por ciento (2008-2013) y una caída del empleo del 15,6 por ciento. Una situación que alejaba el archipiélago de las regiones líderes de Europa, como consecuencia de un patrón de crecimiento que descuidaba la productividad y ajustaba los ciclos económicos, de bonanza o de crisis, a través del aumento o la reducción de empleo, como si de fichas de dominó se tratara. La pérdida de 33 posiciones en el ránking europeo de renta per cápita entre 2008 y 2013, que se sumaban a las 27 posiciones perdidas por el archipiélago entre 2001 y 2007, soslayaban el elevado nivel de bienestar alcanzado tras varias décadas de desarrollismo turístico, y alimentaban las dudas de si toda la prosperidad con la que Balears había cerrado el siglo XX había sido el resultado de un espejismo.
Ante el reto complejo, a la vez que apasionante, de contribuir al diseño de un futuro más próspero, quienes tuvimos el privilegio de alumbrar el nacimiento de la Fundación Impulsa Balears, con la fuerza de los análisis del Centre de Recerca Econòmica (UIB - Sa Nostra) y la voluntad de hacer posible nuestros sueños, nos pusimos a la tarea de forjar el marco y las herramientas necesarias para facilitar la toma de decisiones de administraciones, empresas y ciudadanos ante tan titánica faena.
El gap existente entre las necesidades de conocimiento que requiere una estrategia de impulso de la competitividad global, única y desde y para las personas, junto a los condicionantes que el contexto político-empresarial ofrecía, recomendaba desplegar sobre el territorio balear dos vectores de trabajo innovadores: la inteligencia económica y la dinámica colaborativa.
2 En este quehacer, siguiendo el ejemplo de otras plataformas que operaban en otras regiones europeas y las ideas y conceptos de Michael Porter, iniciamos un apasionante viaje hacia la creación de valor compartido. Desde entonces, hemos alimentado nuestro particular proyecto, respondiendo a nuevos retos y a los embates económicos y sociales que, como la covid-19, han afectado a las islas. Hoy, nuestras aportaciones, alineadas con nuestra misión y valores, nos permiten afirmar que el diseño de un futuro más próspero requiere de estrategias económicas y sociales aplicadas de forma convergente y simultánea, lejos de la visión fragmentada en sectores que gobierna nuestra vida cotidiana.
Todo un complejo proceso que, a día de hoy, cuenta con el apoyo de 65 patronos que representan el 18,8 por ciento del PIB balear. Una masa crítica que no solo ha permitido desplegar actuaciones en torno a nuestras cinco iniciativas estratégicas, con el concurso de varios gobiernos, sino que actúa como tractor de nuevas propuestas estratégicas y proyectos piloto.
Prueba de ello, es el amplio abanico de soluciones de inteligencia (aplicaciones, monitores, publicaciones) que han sido diseñadas ad hoc, para el logro del objetivo previsto, y han sentado las bases del ABC conceptual y contextual sobre el que muchos actores regionales están afrontando su reformulación estratégica ante la redefinición de las cadenas globales de valor, la conectividad inteligente, la cada vez mayor relevancia del talento, la explosión de nuevos paradigmas o la importancia de situar las necesidades y demandas sociales en el centro de los modelos de negocio. Todo ello, en una economía cada vez más comprometida con la gobernanza de un nuevo espacio coopetitivo entre empresas y entre empresas y administraciones y sociedad.
Hoy, las carencias y desigualdades amplificadas por la crisis de los últimos años; la crudeza de los nuevos desafíos que enfrentamos; las voces que cuestionan los modelos económicos y empresariales vigentes (incluida las voces de la propia empresa); el reclamo social de un nuevo modelo de desarrollo económico inclusivo y sostenible; la separación –al menos temporal– entre los logros económicos y sociales y la evidencia de un crecimiento que no está acompañando el progreso social, sugieren que lo más razonable es que Balears acelere la transición hacia un futuro regenerativo y emprenda una nueva etapa de desarrollo de la mano de la sólida base de conocimiento estratégico que Impulsa Balears ha construido estos primeros diez años, de forma anticipada, en torno a los determinantes de la competitividad global sostenible de Balears. Porque no se trata de llevar a cabo un conjunto de retoques o mejoras incrementales, sino de reformular, reinventar, pensar en grande, para que Balears se apropie de su propio futuro.
Diez años después de nuestro nacimiento, celebramos el viaje apasionante que emprendimos con gratitud y satisfechos de los hitos alcanzados. Nuestra próxima escala pasa por cerrar el círculo, abordando la co-creación de valor con y para la sociedad balear que demanda ser parte activa y protagonista del proyecto de desarrollo futuro. Todo esto es competitividad.