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Tras anunciarlo hace meses luego de aquellas célebres jornadas de reflexión del presidente Sánchez, y con el pomposo título de Plan para la Regeneración Democrática, parece que el Gobierno aprobó por fin más de 30 medidas para esa regeneración, transparencia, democracia y quién sabe cuántas cosas más. Aunque eso sí, no es algo para mañana, ni para el año que viene, sino que al tratarse de un plan de vaguedades muy ambiciosas (acabar con los bulos y la desinformación, un fenómeno generalizado y global, entre otras cosas), tal vez las negociaciones durarán toda la legislatura. Este plan en diferido de vaguedades y generalidades, sin embargo, fue rechazado por el PP con la fiera contundencia que les caracteriza, sin vaguedad alguna, y el señor Feijóo se apresuró a afirmar que Sánchez pretende imponer censura y persecución, como Franco.

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¡Como Franco! Nunca algo tan inconcreto, heterogéneo y brumoso (transparencia, regeneración, etc.), que además de erradicar los bulos y mejorar la información también intenta eliminar del código penal las ofensas a los sentimientos religiosos, la ley mordaza y quién sabe si las futuras injurias a la Corona y las altas instituciones, había recibido respuesta tan rotunda y concisa. Sánchez ya no es un dictador como Maduro, sino como Franco. Enterados. Por lo demás, es difícil decir algo acerca de este plan de vaguedades y generalidades, en el que apenas se distinguen vagas siluetas entre la bruma (niebla en el pantano, sombras en los arrecifes, un farol en la tormenta), pero que el PP enseguida lo ha visto todo perfectamente claro. Censura franquista, persecución, dictadura bolivariana, etcétera.

Nosotros supusimos que, como es frecuente en política, se trataba de lanzar un título pomposo para generar titulares más pomposos todavía, y ya luego, con tiempo por delante, procurar que la cosa estuviese a la altura de los anuncios de la cosa. Añadiendo más vaguedades y ambigüedades, toda vez que lo que hay que regenerar democráticamente es de tamaño mundial. Los bulos y la desinformación, en aras de la transparencia. Ni yo mismo sé muy bien qué estoy diciendo. No tengo la visión certera del PP, en la vaguedad suelo ir dando tumbos.