Algunas veces pasa que lo que nos toca vivir es tan terrible que preferiríamos pensar que se trata solo de un sueño y que, al despertar, todo volverá a su orden natural. Supongo que a todos nos ha pasado alguna vez que soñamos con nuestros seres queridos que ya no están con nosotros y que cuando volvemos a la realidad nos da rabia haber despertado, porque lo que hemos vivido al soñar nos gustaba mucho más que lo que tenemos y somos. Como verán, hoy me ha vencido la influencia de los dramas filosóficos, que no tienen ninguna gracia, por cierto. Un buen ejemplo podría ser este verano. Tengo la impresión de que lo que he vivido no es real, que no es verdad, y que lo único que he hecho ha sido soñar. Sé perfectamente que un día de estos tendré que aterrizar por fin y aceptarlo todo. Aceptarlo y reconocer que no he estado soñando, cual Segismundo, sino que este amasijo de desgracias eran ciertas. En fin, demasiada filosofía, supongo.
Una se acostumbra a todo
Sueños son
18/09/24 4:00
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