Quizá el señor Edmundo González, candidato opositor a Maduro exiliado en España y probable vencedor de las elecciones, debería ser presidente legal de Venezuela. Pero resulta que como todo el mundo puede ver, no lo es. Por trampas, juego sucio y maniobras antidemocráticas, pero eso, con ser injusto, no cambia la realidad de que obviamente no es presidente, sino un exiliado político. La historia está llena de casos así, y de reyes que no sólo perdieron la corona ilegalmente sino también la cabeza, porque la realidad casi nunca es la que debería, ni la que nos gustaría, sino precisamente la que es. Quien no esté de acuerdo puede protestar, denunciarlo o quejarse con razón, pero no tiene sentido simular que la realidad es otra, en la que el señor Edmundo González es presidente, y como tal hay que reconocerlo. Para reconocer oficialmente semejante ilusión hay que escenificarla, y eso es lo que hizo el PP con una votación en el Congreso de los diputados.
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Escenificar
14/09/24 4:00
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