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Comprar a ciegas: el mercadillo que vende paquetes sorpresa que nadie ha reclamado. Detrás del breve titular hay una nueva y lucrativa idea de una empresa francesa, Destock Colis, que está montando mercados en los que comprar a peso los paquetes de grandes plataformas como Amazon o Shein que nunca llegaron a sus destinatarios. Son paquetes recogidos en un centro logístico, almacenados y que, después de un año sin que nadie los reclame, salen a la venta, explica Christelle Martínez en la web de esta firma que nació cerca de Béziers; ella y su marido abrieron el negocio tras la aprobación en Francia de la ley antidesperdicio de productos no alimentarios, en 2022.

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La ley estipula que productores, importadores y distribuidores donen o reciclen productos no vendidos antes que destruirlos. Se comercializan estos días en mercadillos efímeros que se han montado en distintas ciudades, como Málaga o Alicante; el verano pasado el mercadillo misterioso llegó a Valencia. Las grandes superficies de distribución galas en nuestro país también les abren las puertas, alquilando locales para este fin.

Hecha la ley, hecho el negocio, siempre hay avispados del emprendimiento. ¿En qué centro logístico se adquieren los paquetes olvidados? ¿A qué precio? Esas son preguntas que no se responden en la web de Destock Colis, que defiende esta manera de dar una segunda vida a los objetos y luchar contra el desperdicio. Y ahí andan todos, revolviendo entre paquetes cuyo contenido desconocen, porque no se pueden abrir antes de pagar, a 15 euros el kilo, entusiasmados, pensando que encontrarán palpando un iphone o un bolso de marca. Es una tómbola, pueden ser los calcetines que nadie quiso en la última Navidad, pero es igual, el caso es comprar y almacenar; o tirarlo después, cerrando el círculo perfecto del derroche más absurdo. Porque digo yo, ¿nadie se pregunta por qué alguien ni se molestó en ir a recoger o reclamar sus compras?