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Ya lo dijo Iñaki Gabilondo en su intervención de uno de los primeros Foros Illa del Rei que se han celebrado: «Menorca quiere turismo sin turistas». Pero ese sentimiento ya no solo está aquí. Y, sí, ahora se habla mucho de Balears y de Menorca en especial, pero no se puede desglosar del malestar generalizado de todo lugar en donde hay turismo, como que esa «queja» se haga tanto desde quienes habitan en esos lugares, como de quienes lo visitan. La lista de sitios en esa misma situación realmente es infinita, podría ser Barcelona, Roma, Venecia….

Queremos todos ir a ver muchas cosas fuera de nuestro lugar de hábitat, naturaleza, patrimonio, etc., disfrutar de lo que ahora se dice «una experiencia»…, pero ser los únicos que lo disfrutemos… Je, difícil, y más viendo cómo día a día hay más coches, más trenes, barcos autobuses o aviones que facilitan nuestros desplazamientos, con ofertas en muchos de los casos, para nuestro ocio, por el puro placer de viajar, de conocer más allá, tal como la Humanidad ha hecho a lo largo de milenios, por esa curiosidad del ser humano, innata, que empezó desplazándose a pie.

Y ¿quién quiere renunciar a ello?

Yo misma, este verano, he visitado alguna de las islas Jónicas. Ya había ido en otras ocasiones. ¡Vaya! Mucha más gente…, incluso donde antes no había tanta, incluso donde no es tan fácil acceder, ahhh, hasta la mítica isla de Skorpios, esa que fue de Onassis, que la disfrutaron la Callas o Jackie Kennedy..., con ese halo de poder sentir su presencia en ella, llena de heridas en sus suelos, con nuevas construcciones y otras programadas, y no ha sido la única isla en la que he visto el crecimiento urbanístico…, lo que quiere decir que hay aumento de demanda para ir a esos lugares.

¿Qué hacemos? ¿Renunciamos a desplazarnos por placer? Pero ¿Quiénes? Y ¿Qué repercusiones tendría? Bufff. No soy economista, pero un mínimo de sentido común nos dice que se pararían muchas cosas, monetariamente hablando. Para empezar en nuestra propia isla. Simplemente un crack.

No me gusta escribir sobre un tema para quejarme, ser negativa, me gusta poder ser constructiva, pero…, en este momento me desconsuela pensar que ni el sentido común me funciona para enfrentarme a este tema, como tampoco veo que alguien, con conocimientos y criterios, perfile una pronta solución. Es evidente que la tan manida palabra «limitación», fácil de decir, tiene que ser el punto de partida. Y parece fácil poder aplicarla en una isla, je, eso, parece fácil… Ir a la Alhambra de Granada sin tener entrada previa ya no es pensable, y no se ha hundido el mundo, siendo mucho más cómodo saber, al visitarla, que hay un número máximo de entradas cada media hora. Y no ha bajado la cantidad global de visitas anual, ha aumentado….

Estas reflexiones que todos nos hacemos las plasmo aquí como reflejo de lo que me ha producido al leer el otro día un artículo en VilaWeb.cat que me transfirieron unos amigos míos catalanes que…, claro, viajan y les encanta Menorca…, la de antes… Creo que cada vez nos deberemos preguntar cuál es la de antes.

Se habla y se escribe de saturación, la vemos día a día en nuestro entorno, carreteras llenas, playas, especialmente las que más aparecen en las redes sociales, a rebosar… Y luego las noticias, que si ha bajado la facturación en respecto a qué… ¿al año pasado?... pero aumentado el número de visitas..., y si seguimos así, ¿a qué nos remitiremos?, dado que si por una parte no se deja de hablar de haber superado el año anterior en turistas... ¿cuál es el techo? Y, sí, hay que poner techo..., pero claro, hay que aplicar unos criterios. Por otra parte, ¿Quiénes tienen derecho a seguir moviéndose y quiénes no? ¿Quién renuncia? No veo ninguna mano alzada que se apunte.

En ese artículo que he leído en esos días, largo, se enumeran toda una serie de playas, se vuelve a hacer, de alguna manera «propaganda» de ellas, un listado largo.    No estaría segura de que su título «Saturació turística, la Menorca que no surt a Instagram» sea verdad... Si realmente no saliera..., aunque sean las imágenes de playas y lugares citados, las puestas de sol, el arte contemporáneo que atrae..., aún con esas imágenes de llenos de turistas, no atraerían tanto.

El viajar de antes, ser viajero, ir a lo desconocido en aventura, se ha acabado. La gente quiere ir a lo que ya ha visto a través de mil imágenes que nos llegan momento a momento, y que las tenemos en nuestras manos, y nunca mejor dicho, dado que con esos aparatitos que aún denominamos teléfonos, tenemos el mundo con nosotros…, y queremos ir a esos lugares.

No nos engañemos, todos queremos ser Ulises, tal como nos lo transfirió Homero, retardando su vuelta a casa y viendo mundo…