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Aprovecharé la oportunidad que tan amablemente me brinda quincenalmente este diario para aventurarme a confeccionar (desde mi condición de tabernero autónomo y no poco mosqueado) un menú degustación exclusivo, pensado específicamente para votantes entusiastas.

Todos los partidos, por su naturaleza jerárquica y en tantas ocasiones opaca tienen sus cosillas deplorables, su roña, por así decir. Los más fieles de entre sus militantes (y simpatizantes más vehementes) han de adquirir por tanto la desagradable costumbre de tragar con lo que les quieran echar (no pocas veces productos de ínfima calidad), y es por ello que considero que el menú que hoy propongo no les resultará del todo ni desconcertante ni indigesto, sino más bien apetitoso y familiar.

Aclaro que todos los platos aquí ofrecidos son recomendadables (desde mi perspectiva) para todos los partidos del envidiable espectro actual, que va desde el francopantano nostálgico al podemita madurero, pasando por escurridizos nacionalistas progres de derechas y excharnegos de variada condición y credo, sin olvidar a los mentirómanos pillones (sujetos que pillan mientras mienten a destajo ).

Entrantes sugeridos:

- Los impuestos van para carreteras y hospitales.

- La justicia es igual para todos.

- Aquello que se promete en campaña no es necesario que se cumpla una vez alcanzado el poder.

- Lo que se critica desde la oposición no compromete en absoluto a quien se encuentra en situación de gobernar. Puede hacer exactamente lo mismo que deploraba y nadie se lo debe reprochar.

- Las malas leyes aprobadas por el enemigo son en numerosas ocasiones beneficiosas para quien llega al poder; por tanto es inútil derogarlas. Luego ya, si eso, en otra ocasión…

- Los asesores, si me apuran, son pocos y mal pagados. El país tiene recursos suficientes para alimentar y agasajar a muchos más.

- Se puede perfectamente ser aliado de un tipo despreciable (Maduro por ejemplo) y luego disimular si la cosa se tuerce. No pasa nada.

- En general, lo dicho hoy no tiene que servir para mañana (las palabras se las lleva el viento) y esto es tan razonable que no necesita mayor explicación.

- Los jueces son buenos cuando castigan al enemigo, son malos cuando investigan al hermano, al padre, a la parienta o a los choricillos (si los hubiera) del partido.

Noticias relacionadas

- No hubo maletas en el aeropuerto.

Segundos platos recomendados:

- Tanto la pasta que cobra la presidenta de RTVE como las pérdidas anuales que acumula la cadena pública están perfectamente justificadas ya que la información que ofrece es veraz de la muerte, mientras que fuera de este ecosistema el fango inunda conciencias.

- Si alguno de los nuestros hace pirulas con nuestros dineros no lo debemos tomar en cuenta: son gajes del oficio inherentes a ser progresista o patriota (según corresponda), mientras que las pirulas del equipo contrario deben ser denunciadas, perseguidas y castigadas.

- Que el poder ejecutivo controle al poder judicial es malo en repúblicas bananeras. Sin embargo, y por extraño que parezca, en España es bueno, porque nuestros políticos son de calidad contrastada, y hacen un uso de esta prerrogativa siempre a favor del pueblo llano.

- Las cátedras las carga el diablo. Si montas una, adquiere antes la titulación necesaria para al menos poder ser aceptado como alumno.

Postres a elegir:

- Haz como los ricos: pírate en cohete (lleva cervezas y algo de embutido por si se complica la cosa en el espacio sideral).

- De lo de Bego no hay nada.

- Aplaude con las orejas a tu amado líder, especialmente cuando se desdice. Ten siempre en cuenta que nuestros políticos de primera fila no son tan miserables como todo hace sospechar (es una hipótesis que no deja de ser enternecedora)

- La versión oficial es la buena siempre.

Todos los platos (incluido el postre) van acompañados de una generosa ración de patatas fritas.

Importante información sobre alérgenos:

Si eres intolerante a perder la dignidad, jamás te precipites a tener una opinión: espera siempre a ver qué dicta al respecto el líder, no vaya a ser que tengas que defender lo contrario mañana mismo, antes de que cante el gallo tres veces.