Dicen que la del mono ya está entre nosotros. Pero añaden que estemos tranquilos. Y no, no es que el mono con la viruela se haya escapado de Gibraltar tras la Eurocopa, no. Éste viene de más abajo, endémico del África dicen los que entienden de estas cosas. La verdad es que no me preocupa en absoluto. Creo que el que más cerca he tenido estaba embotellado y venía de Badalona.
Eso sí, me empezaré a preocupar cuando vea a Fernando Simón aparecer en las pantallas diciendo que sólo serán unos cuantos casos aislados. Y no por la enfermedad en sí, sino por los daños colaterales que tiene ver a Fernando Simón por la televisión. Primero fue Excalibur con el ébola. Luego, la prisión anticonstitucional con la covid-19. ¿Qué será lo próximo?
Y habrá próxima. De eso sí que estoy seguro. Y no lo digo yo. Lo dijeron justo «salimos más fuertes» de la covid. Y no tan solo lo dijo Sánchez -del que podríamos dudar- sino que lo dijeron todos los del entramado internacional. Podría añadir «del Grupo de la Agenda 2030», pero no, no lo diré. No quiero parecer ni aparecer como negacionista. No lo soy. El virus existió. Otra cosa es que dude de cómo existió, de cómo se gestionó y de por qué existió.
Y los expertos de ahora -no los del Comité de Sánchez- también señalan un perfil concreto del colectivo de riesgo. Pero bueno, más vale no fiarse uno. Que con el SIDA ya pasó lo mismo y nadie pensó en las transfusiones de sangre y demás. Y eso sí, aunque la emergencia sanitaria internacional esté ya decretada por la OMS, España -el Gobierno de Sánchez- no piensa, de momento, decretar control alguno en los aeropuertos ni fronteras terrestres ni marítimas. ¿Habría «escapado» Puigdemont si hubiera habido un control sanitario de fronteras?
El riesgo es bajo, siguen diciendo algunos expertos. Al menos en Europa. ¿Pero qué tipo de riesgo, deberíamos preguntarles? ¿Morir en el intento o contagiarnos del mismo? Esta vez las vacunas ya existen. O al menos así nos lo dicen. Quién las fabricará y a qué coste, sería interesante saber.
De momento, uno va a empezar a tomar precauciones. Por si los virus. Agua, papel higiénico y harina ya están anotadas en la próxima lista de la compra. Prevenir es curar. Y hombre prevenido vale por dos. Al menos, los refranes perduran en el tiempo y nos recuerdan que por mucho que cambien los tiempos, los modos son los mismos.
El Gobierno ya tiene experiencia y ha tenido tiempo de realizar los ajustes necesarios donde encontró más reticencias. Por de pronto, el encierro ahora sería constitucional. Seguro que el TC así lo declarará.