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A pesar de que finalmente el promotor de la candidatura «Se acabó la fiesta» ha conseguido tres escaños al parlamento europeo, me temo seriamente que «la fiesta» continúe. Por varios motivos; entre otros, la pericia mostrada por el escurridizo Pedro a la hora de fumigar el terreno.
Alvise Pérez (promotor y cabeza de lista de dicha agrupación) ha sido ninguneado con verdadero tesón por los medios fetén (me refiero a TVE, El País y resto de medios pedrosos, esto es, no fangosos, no pseudos, no fascistas, no de derecha y ultraderecha, no buleros). Curiosamente estos mismos medios fetén no hablan mucho ni del hermano de Pedro Sánchez, ni de la filtración ordenada por el fiscal general (¿de quién depende? … pues eso) ni de ninguna otra circunstancia que pueda disgustar al «puto amo».

El resultado de tanto celo es que una enorme masa de votantes que se nutren en exclusiva de esos medios pedrosos se hacen una idea completamente tergiversada de la realidad, ignoran el peligro que se cierne sobre nuestras cabezas con la avería que está perpetrando el nuevo caudillo a la (ya pseudo) democracia española.

A los medios fetén les salió sin embargo el tiro por la culata en el caso de Alvise.Tanto tratar de ocultarlo (estaba vetada su aparición en medios que hasta entonces considerábamos libres de censura) avivó la curiosidad de muchos, quienes al escuchar de primera mano su discurso se pudieron hacer una idea cabal de la falsedad de lo difundido en busca de su descrédito (entre otras difamaciones, las referidas a su situación procesal: no lleva -según certifica Alvise- ninguna condena en firme en los muchos juicios que le han interpuesto por desenmascarar presuntas corruptelas.

En lo que a mí se refiere, me gusta otear desde la tertulia de Radio Nacional hasta «Castillón confidencial», pasando por Rallo, Fabián C. Barrios y otras voces con criterio. He escuchado por tanto muchas entrevistas efectuadas por varios periodistas (perdón, pseudo periodistas), economistas (perdón, pseudo economistas fangosos), filósofos (quiero decir pseudo filósofos de derecha y extrema derecha, cargados de bulos hasta las cejas) realizadas a dicho personaje en canales alternativos a los medios subvencionados por el poder (hoy en manos de Pedro, otrora en manos azules, tanto monta, monta tanto).

Este hombre despotrica (como yo mismo) tanto de los políticos de derechas como de los de izquierdas.
La obsesión de etiquetar a todo el mundo con los conceptos de izquierda y derecha me parece muy penoso a estas alturas. De lo que he escuchado de Alvise, encuentro coincidencias en algunos extremos (en lo que se refiere al inmigración ilegal por ejemplo) con Vox, pero también con Roberto Vaquero, comunista él. En muchas otras cuestiones, su discurso es homologable al del Pablo Iglesias anterior a Galapagar. ¿Caerå Alvise en los mismos vicios en que caen todos los políticos a los que se les da bien «la cosa»? Mi pesimismo me hace temer que «la cosa» se acabe torciendo, pero mientras tanto no veo motivo para demonizar a Alvise mientras se bendice a Iglesias. De momento Alvise ha prometido (veremos si lo cumple, y si lo hace ya habrá ganado puntos al resto de prometedores) renunciar a toda la pasta pública que le corresponda por su cargo.

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