27/05/24 4:00
Durante un tiempo se pusieron de moda las películas y novelas de ciencia ficción. Tenemos grandes fabuladores. Nuestra mente es influenciable, moldeable, sugestionable. Somos carne de hipnotizador. Nos creemos todas las propagandas y nos tragamos la publicidad engañosa. El populismo nos encanta. Tenemos unas anteojeras ideológicas que solamente nos dejan ver unas cosas e invisibilizan el resto. Abundan los daltónicos mentales. Unos pocos tienen problemas de conciencia, pero la inmensa mayoría tenemos la conciencia tranquila o medio dormida. Es «el mundo feliz» de Huxley; el «ande yo caliente, y ríase la gente»; el «ser diferente es indecente», de los gregarios que pertenecen a la masa.