Tribuna
No es una guerra, es un genocidio
La atrocidad que Israel está cometiendo con el pueblo palestino no es una guerra, asesinar a civiles jamás lo ha sido. Encerrar a millones de palestinos en una estrecha franja y bombardearlos durante seis meses no es una guerra, es un genocidio. Impedir que agua, luz y alimentos lleguen a la población civil no es una guerra, es un genocidio. Repasar la historia de Oriente Medio demuestra que nunca ha sido una guerra, sino el exterminio sistemático del pueblo palestino. El sionismo pasó de defender la creación del Estado de Israel a imponer la desaparición de la patria palestina. Netanyahu es solo una pieza más en este juego mortal y siniestro en el que Israel ha ido ocupando la tierra palestina. Basta ver la superficie que ocupaba el Estado de Israel en 1948 y la que ocupa hoy. Netanyahu solo es el verdugo, los asesinos intelectuales son los ciudadanos y ciudadanas israelíes que le votaron y los cómplices necesarios de este genocidio son EEUU y los países occidentales que le han apoyado permitiéndole incumplir sistemáticamente las resoluciones de la ONU y la legislación internacional.
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