Cuando visitas una prisión llaman la atención los carteles que proclaman a los cuatro vientos el verdadero espíritu de las instituciones penitenciarias, la utopía de regalar una nueva vida a las personas que entraron allí para quedarse tras cometer un error. Habrá quien reconduce su vida, seguramente, pero otros muchos son insalvables. Y algo falla en el sistema judicial y carcelario cuando de vez en cuando saltan noticias que nos hablan de criminales reincidentes a los que nadie supo, quiso o pudo controlar. Sabemos que casi ninguna de las personas que son detenidas acaba entre rejas, para eso has de cometer un delito muy gordo. Y las cárceles ya están llenas. Así que las leyes hacen su papel y con ese pequeño toque de atención creen que ya han cumplido.
El rayo verde
O Chioleiro
07/03/24 4:00
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