¿Me siguen? - preguntó el profesor. A los alumnos les pareció que estaba paranoico. Su lección, cuidadosamente preparada, era brillante. Sin embargo, ¿De qué sirve enseñar si nadie quiere aprender? ¿O vender si nadie puede comprar?
En una interacción, no todo depende de uno: es un toma y daca. El individualismo extremo imposibilita cualquier diálogo. Incluso el conocimiento del otro o la otra deja mucho que desear. Solo escuchamos interminables monólogos que son como ecos, rebotando repetidamente en alguna pared mental. ¿Me siguen?
Hay quien dice lo que dice todo el mundo para parecer que tiene razón. O, por lo menos, que se la den. Si discrepas te metes en un lío porque tendrás que pensar por tu cuenta y riesgo. Y correrás el riesgo de contrariar a los actuales y feroces censores.
Hemos llegado a un punto en el que Cataluña parece un cuadro que se ha quedado sin marco. Europa vive asediada. Las placas tectónicas de la geopolítica se están moviendo y notamos los temblores. La mujer ya no es lo que era y el hombre tampoco. Se acabó el romanticismo como modelo. Estamos en pleno surrealismo. ¿Cuánto ha tardado la humanidad en llegar a Meta? Intentamos encajar el universo en el metaverso aunque no quepa, sabiendo que todo tiene su anverso y su reverso, su cara y su cruz, su yin y su yang.
Los gallegos elegirán a sus representantes y, dada la situación del país, parece que votamos a vida o muerte (vota fumeiro ou vota saude).