Les coses senzilles
Carlos Mascaró
Creo que en alguna parte he leído que el pintor Carlos Mascaró Florit considera que el tiempo se detiene en su estudio de Ferreries. Supongo que es cierto, al menos lo es si pensamos que el tiempo se detiene en sus cuadros. Veo que la mayoría son representaciones minuciosas de un momento pasado en el que se usaban vasijas, fogones, suelos de almagre, puertas viejas, paredes manchadas, armarios antiguos. Momentos en los que la luz se cuela en interiores donde el pasado se niega a dar paso al presente. Jarras de barro, pucheros de aluminio, suelos desiguales con reflejos casi mate. Pienso que, si el tiempo se detuviera, si desaparecieran los seres humanos sin daño alguno para la naturaleza los interiores de Ferreries serían así, más o menos como fueron en los años cincuenta. Ésa es la época en la que se paró el tiempo en los cuadros de Carlos Mascaró, supongo que cuando era niño. Todos queremos volver al tiempo de nuestra infancia, y los artistas pugnan por reflejarlo en sus obras. Carlos Mascaró lo consigue. Incluso capta el vaho de la cocina en las baldosas y alicatados de sus fregaderos. Un buen titular sería: «Carlos Mascaró, el tiempo detenido».
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