Por una vez coincido con el líder del empresariado español, disgustado por el chantaje con el que Junts somete –o pretende someter– al Gobierno. Las empresas catalanas que en su momento huyeron de allí para instalarse en otra parte tendrían sus razones. Con gente como los de Junts gobernando, a mí no me extraña nada, porque el día que dieron la lección sobre seguridad jurídica faltaron a clase. Son políticos de pacotilla, advenedizos, iluminados, con cuatro ideas delirantes que creen que tienen derecho a imponer a una inmensa mayoría de ciudadanos que ve el mundo de otra manera. En la cantidad de votos que obtienen (menos de 400.000) está la prueba. No son nadie, pero ese espíritu mesiánico que les imbuye les da carta blanca para saltarse a la torera todo el sentido común, todo el seny, para jugar a la imposición, a sabiendas de que juegan con fuego. Lo triste es que Pedro Sánchez tiene tal necesidad de seguir en el poder que tragará lo que haga falta.
El rayo verde
El colmo
11/01/24 4:00
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