Los comerciantes de toda la vida tienen varios problemas en el horizonte de su supervivencia: los desbocados precios de los alquileres, el cambio de hábitos de los consumidores y la falta de relevo generacional. Por eso vamos viendo casi a diario cómo echan la persiana tiendas de siempre que ofrecían productos que ya nadie quiere o que no pueden competir al nivel que exige la avaricia de los propietarios de locales. Probablemente sea algo que ha ocurrido de forma sistemática y no tenga la menor importancia, pero sí que genera cierta tristeza y desazón comprobar que pasees por la ciudad del mundo que elijas encontrarás las mismas marcas, con los mismos productos, al mismo precio, de forma que nos imponen una suerte de uniformización que afecta a los ciudadanos y también a las urbes que habitan. Las archiconocidas firmas textiles colonizan las calles más importantes de Palma, de Málaga, de Casablanca, hasta de Singapur.
Autenticidad
11/10/23 4:01
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