Me ha impactado la descripción que Gustau Juan Benejam hace del espectáculo de la muerte en el libro «Ciutadella quan érem infants i joves», de la colección Quaderns de Folklore, publicado el pasado mes de abril entre las novedades de Sant Jordi. Se dice que los rituales funerarios sirven de afirmación de la memoria y de ratificación de valores ideológicos de una colectividad. En Nueva Orleans la muerte se «celebra» con una procesión que parece una danza carnavalesca. Durante el rito funerario Toraja, perteneciente a la isla de Célebes, en Indonesia, se matan muchísimos búfalos. El entierro celestial del Tíbet implica que el cadáver sea expuesto a los buitres en la cima de una montaña. Según la tradición de los Merina, en Madagascar, conocida como Famadihana, los cuerpos son extraídos de las criptas familiares en una procesión con música y bailes alrededor de las tumbas.
Les coses senzilles
Los pies por delante
14/08/23 4:00
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