Una de las reacciones nuevas al cambio climático es la que se esta dando en Puerto Rico. Por primera vez, se están pidiendo responsabilidades por via judicial a las grandes compañías petroleras por las consecuencias del cambio climático que sufrieron durante el huracán de 2017.
En septiembre de 2017 el huracán María causó una devastación total en las islas del Caribe. Fue un huracán de clase 5 y se le considera el peor desastre de estas islas desde que hay récords. Causó mas de tres mil muertes y daños por valor de más de 90 billones de dólares. Puerto Rico fue de los lugares más afectados y aún no se han recuperado del todo de aquel desastre.
Este huracán, cuya violencia fue mucho mayor de lo normal, se considera que es una de las consecuencias del cambio climático. El calentamiento global ha aumentado la intensidad y frecuencia de estos fenómenos, que seguimos viendo que ocurren en toda la zona del golfo de Méjico y zonas adyacentes.
Una abogada de Estados Unidos, Melissa Sims, decidió representar a 16 poblaciones de Puerto Rico y reclamar a las grandes compañías petroleras por las consecuencia de su falta de responsabilidad frente el calentamiento global. La abogada Ms Sims tiene una larga historia de ayuda a pequeñas comunidades. En esa trayectoria tiene casos desde perseguir personas que no limpiaban las heces de sus mascotas a reclamaciones a grandes compañías por las consecuencias de polución en las poblaciones. Así fue el caso de DePue, un pequeño pueblo junto al lago en el norte de Illinois. Exxon tuvo que pagar la limpieza de esas tierras después de años de continuada acción en los juzgados
Ms Sims ha presentado un pleito contra Exxon Mobil, Chevron, Royal Dutch Shell, BP y otras compañías petroleras por los daños sufridos en estas 16 poblaciones. Ella ha argumentado que desde 1965 estas compañías son responsables por el 40% de las emisiones de gases invernadero, mientras que a la vez ocultaban y conspiraban para evitar que el publico se enterara de las desastrosas consecuencias de sus acciones.
Por primera vez se ha apelado a la llamada ley Rico, ley de organizaciones corruptas e influenciadas por mafiosos, para aplicarla al caso del calentamiento global. Esta ley que se introdujo en Estados Unidos para combatir organizaciones mafiosas, ahora permite aplicarla a este caso. Si esto se aceptara por la judicatura, daría oportunidad a muchas nuevas posibilidades de aplicación. Si fuera así abriría posibilidades de demandas por cifras incalculables. Las compañías petroleras están seriamente preocupadas por ello.
Sabemos que científicos que trabajaron por algunas compañías petroleras intentaron avisar de las consecuencias de emisiones de gases, pero las compañías los hicieron callar. El comportamiento fue realmente mafioso, aunque nadie las ha acusado de ello hasta este momento. Sería bueno que estas actividades se destaparan y se pudiera proceder contra ellas.
No sabremos nada de cómo va a evolucionar el juicio hasta principios del año que viene. No va a ser fácil ganar a la industrias petrolíferas, ya que invertirán dinero para que esto no pase. Pero con este juicio se abre un nuevo camino de protesta contra los mayores culpables del cambio climático.
Tenemos una gran tarea los ciudadanos para hacer lo posible en parar el cambio climático. Desde protestas contra los políticos negacionistas y ciertamente no votarlos, hasta desarrollar formas de vida que reduzcan las emisiones de gases invernadero. Las manifestaciones y protestas tienen poco efecto en las compañías petroleras y en los políticos que ellas usan para cubrir sus trapos sucios, pero a pesar de ello deben seguir. Las demandas de responsabilidades y dinero pueden ser mucho más efectivas. Cuando hay dinero implicado las actitudes cambian. Este juicio puede abrir ese nuevo camino de exigir responsabilidades por las consecuencias del cambio climático.