Sant Jordi, día del libro. Torrentera de recuerdos de mil escenas del Carrer Nou / Sa Ravaleta. Nostalgia de las sesiones de firmas en el stand de la Llibreria Catalana. Inevitable y melancólico recuerdo de Santiago Llompart, pionero del libro en la calle; nostalgia de las rosas que solía llevar a las chicas de nuestra clínica (micromachismo tolerable, pienso), rito que este año no puedo cumplimentar al caer Sant Jordi en fin de semana… Pero, como rezaba el título de mi última novela, «No creo que vuelva», después de sesenta años en el machito periodístico-literario no tengo ya demasiadas cosas que decir que no sean mera repetición de lo escrito mil y una veces. Además, estoy mucho más orgulloso de lo que he leído que de lo que he escrito, y tengo pánico a convertirme en un plasta siempre a lomos de sus batallitas.
Aun así, después de «Las máscares del jo» de JM Quintana, una obra de madurez del escritor y jurista, una deliciosa inmersión en su universo literario, paso a «Humannum est», original y enjundioso poemario de mi otro amigo escritor Ponç Pons, y finalmente compro «Ciudad Victoria», última novela de un autor de plena confianza como Salman Rushdie (homenaje debido al escritor perseguido y agredido por el terrorismo islamista), un burbujeante ejercicio de realismo mágico con exuberancia de imágenes y metáforas, un cuento infantil para adultos. Con estos mimbres, ¿qué más puede contar un diletante que ya dejó atrás la adolescencia de la vejez?
24-IV-23 lunes
Los restos del jefe falangista cuya fotografía presidía nuestras aulas, salen hoy del Valle de Cuelgamuros, discreta, respetuosamente, hacia un lugar privado. Como debe ser.
26-IV-23 miércoles
Primeros nísperos de la temporada. Mi árbol los exhibe de un color que parece oxidado, entre amarillo y verde, pero la pulpa es firme y el sabor, dulce. Como decía al principio, me repito como un loro, pero lo cierto es que la primavera ya está aquí.
27-IV-23 jueves
Debo reconocer que la levantisca presidenta de la Comunidad de Madrid tiene ocurrencias ingeniosas (sean de ella o de su oráculo Miguel Ángel Rodríguez), y la de llamar Fashionaria a la vicepresidenta Yolanda Díaz es de una comicidad notable. Como lo fueran del franquismo «la pertinaz sequía» o «el florido pensil». Bienvenida la sonrisa y mira por dónde, la falta de lluvias ha vuelto.
28-IV-23 viernes
Recibo diariamente en mi teléfono móvil, sin haberlo solicitado, una cantidad ingente de tiktoks o como se llame eso en que, además de un notable equipo de bailarinas minifalderas (en ellos ni me fijo, otro micromachismo), intervenciones parlamentarias de aguerridos chicos de Vox, de su líder Santi Campeador y de otros integrantes de la banda del xaloc en canal, herederos de aquellos que llamaban maricomplejines a Rajoy por no ser más contundente con el consenso progre.
Ahora, con las elecciones en el horizonte próximo, van más forafua que nunca, lo cual enardece a las bases de ese pensamiento (?) político y les hace meterse en jardines como el de Doñana sin importarles deslegitimar a las instituciones europeas y al mundo científico. Sigo preocupado por cómo reaccionarían ante un hipotético nuevo triunfo del felón Sánchez.
1-V-23 lunes
Después de unos años a dieta pandémica, volvemos a degustar el guiso de tordos de la madre de Sito, el migjorner más universal junto a David Rusell. Es como poner el contador de la vida a cero después de la distopía. Ahí estamos, contagiándonos de la magia de los Hortals, más viejos, pero con la amistad de siempre, ciutadellencs como Nina, Bep y Roser, alaiorencs ilustres como Ponç Pons, migjorners vitalistas como Sito y Paca, un fotut maonès, el más veterano de la reunión, ay, y su aragonesa de guardia permanente…
En los postres, hacemos votos para que el pantano de la vida vuelva a llenarse de agua.
2-V-23 martes
La ocurrencia de hoy de la singular señora Díaz Ayuso es impedir la entrada en la tribuna de autoridades del ministro de la Presidencia señor Bolaños «por no haber sido invitado». Me pregunto qué pasaría si el presidente de la Generalitat impidiera el paso de un ministro de España, y me compadezco de Feijóo si le falla la única bala de la que dispone.
3-V-23 miércoles
Como Martin Luther King, anoche tuve un sueño (o una pesadilla, no sé): Dentro de cuatro años, la fashionaria Yolanda y la trumpista Isabel se disputaban a garrotazos, como en el cuadro de Goya, la presidencia del Gobierno de España…