Interpretar

A veces, leo palabras en el diccionario. Algunas invitan a pensar. Por ejemplo, interpretar. Puede referirse a cosas diferentes (podemos escoger entre ocho posibilidades) pero parece que en todas ellas se requiere de nuestro esfuerzo o participación personal para darle un sentido a algo. Un texto sin interpretación puede ser ininteligible, confuso, plano. Cada uno puede interpretarlo a su manera, porque todos interpretan lo que son, aunque ninguno lo entienda. Los intérpretes traducen de una lengua a otra para que las mismas no sean barreras infranqueables e impidan la comunicación. Cualquier comportamiento, dicho o suceso puede ser entendido de forma diferente. Las personas piensan y actúan distinto, en función de si están agradecidas o resentidas. Concebimos, ordenamos o expresamos la realidad de forma personal, aunque nos impulsen a hacerlo de un modo uniforme.

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Disfrutamos de la interpretación de una obra teatral, cinematográfica o musical. Una interpretación deplorable puede estropear una obra sublime. En derecho, interpretar es determinar el significado y alcance de las normas jurídicas. Se requiere gran conocimiento y pericia para ello. El pintor surrealista Magrite concebía la pintura como arte de pensar y aspiraba a «que nos planteáramos preguntas sobre lo que estamos viendo»

Una vida sin interpretar carece de sentido, es caótica. Los hechos son ineludibles, pero la interpretación es libre y nos hace libres.