Vaya tela queridos lectores, la avalancha de malas noticias no deja de golpearnos y eso desgasta a cualquiera. Si no fuera suficiente con todo lo que tenemos encima, a un lado y a otro, nos enteramos recientemente de que Los Chunguitos se separan después de más de cuarenta y cinco años de carrera juntos. Menos mal que también nos hemos enterado de que Britney Spears ha conseguido independizarse definitivamente de la tutela de su padre y así manejar ella solita su fortuna de sesenta millones de euros. Va a ser verdad eso de que Dios aprieta pero no ahoga… venga ya, se ha notado que es una trola, Dios no solo aprieta, sino que ahoga a los de siempre, parece que Nietzsche no lo mató como toca y pasa lo que pasa.
Después de un párrafo con noticias que ni nos quitarán el sueño, ni nos harán dormir mejor, quiero compartir con ustedes dos noticias que han llamado mi atención, vamos con la primera después del punto y seguido. Resulta que millones de personas del país del Tío Sam han decidido darle un portazo a sus curros e irse a ver qué pasa. A este fenómeno le han puesto la etiqueta de «la gran renuncia», el término es atribuido al profesor Anthony Klotz que se refirió a él para predecir un éxodo voluntario masivo de la fuerza laboral en lugar de tener que volver a su anterior puesto. Parece que los motivos para esta gran renuncia son varios, pero uno de ellos es el agotamiento laboral, es decir, muchos currantes americanos hartos de trabajar más horas que el reloj por unos sueldos que no llegan ni para pagar el alquiler, se plantan y lo manda todo a la mierda literalmente. Ha surgido un nuevo tipo de hombre el homo saturi, que podríamos traducir por: «ya no curro más por esa miseria porque estoy harto de inflarme a ibuprofenos para que otros se forren con mis dolores de espalda y yo tenga que vivir en una furgoneta aparcada en un descampado de mala muerte donde el ejército de salvación reparte estampitas de su dios y chocolate caliente aguado», más o menos.
Y sin más dilación, vayamos por la segunda noticia que les anuncié: parece que los jóvenes chinos han empezado un movimiento que puede ser más que revolucionario y que no le mola nada a ese partido tan democrático y humano que gobierna el país donde se construyen el 76 por ciento de los móviles del mundo, se denominan a ellos mismos como «los tumbados», «tan ping», la autentica revolución millenial en China. Parece que estos jóvenes comparten razones muy parecidas a las que esgrimen los americanos para renunciar a sus curros, hartitos de la explotación a la que son sometidos, a una vida sin expectativas ni futuro, más que el de trabajar como mulas para recoger migajas, y encima unido a un Estado que se estira en derechos y libertades con su pueblo menos que un portero de futbolín, estos jóvenes chinos han decidió hacer lo justito para seguir viviendo, es decir respirar y poco más. Ojo, que para un país como China que enaltece el trabajo como a un dios -qué pesadito esta hoy el ser divino- la cosa no tiene gracia, se les va al garete todo el tinglado en cero coma.
Y cierro confesándoles que el primer párrafo es fruto de un reto, alguien me dijo que no era capaz de meter a Los Chunguitos y a Nietzsche en el mismo párrafo y como soy medio bobo y además él estaba pagando las cervezas, pues ahí lo dejo. Aclarada la chorrada inicial, les invito a reflexionar sobre las otras dos noticias, no sé, pero igual no está todo perdido aunque ellos tengan a los dioses de su parte, quién sabe. Feliz jueves.
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