La frase, completa, reza así: «Es asombroso como se puede soltar una idea y acabar con una persona». Pertenece a J. Edgerton, guionista y director de «El regalo» («The gift»), una de las películas más galardonadas de 2015, repuesta recientemente en televisión. Edgerton se refiere -como habrán comprendido- a la calumnia. Por si fuera poco, uno de los protagonistas pregunta a continuación: «¿Por qué? ¿Por qué hizo [el difamador] eso?» El otro, sin dilación, contesta: «Porque podía». Ahí, precisamente ahí, en esa secuencia brevísima, reside todo el terror que provoca la cinta. Por el simple hecho de que sabéis, a la perfección, que quienes sostienen esa conversación fílmica tienen razón. A cualquiera, y en cualquier momento, alguien, desde las sombras y el anonimato, puede destrozarle la vida, lanzando, sencillamente -y reiteras el término- una idea... La sociedad, sin cuestionársela, la dará por buena. Así de fácil. La falacia será difundida, con posterioridad y engordada por muchos... En una sociedad enferma. La tesis de Edgerton te recordó unas palabras de Espido Freire que ya has citado en algunas ocasiones: «Existen muchos modos de matar a una persona y escapar sin culpa». La mentira es, sin duda, una de ellas. Por ende, la víctima no se reconocerá como tal, porque permanecerá ajena a lo que, sobre ella, se está diciendo, quedando en total estado de indefensión. No hay puñales. Ni policías científicas que valgan. Nada es visible. El muerto viviente notará, a lo sumo, un repentino e inesperado rechazo por parte de algunos, a los que, incluso, antaño quiso sin mesura y se inquirirá, angustiado, a qué es debido ese cambio.
Contigo mismo
Lanzar una idea y acabar con una persona
30/10/18 21:26
También en Opinión
- Un excursionista belga aparece muerto en el Camí de Cavalls
- EN DIRECTO | Sorteo de la Lotería de Navidad 2024
- Detenida madre e hija por agresión y daños a otra mujer en un bar de Ciutadella
- La ‘general’ registra dos accidentes por semana en un año trágico para las carreteras de Menorca
- Ciutadella abrirá a las visitas el túnel de la Guerra Civil que conecta la Catedral con la Plaça Nova