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VIERNES, 11

Mañana melancólica en la consulta. Algunos pacientes me hablan de Leonard Cohen. Otros de Trump. Otros, más delicados, me preguntan por Inés. Les explico a mis secretarias quién era Cohen y casualmente recibo su último disco «I want it darker» que mi hijo mayor había encargado tres días antes a Amazon harto de escuchar mis quejas sobre la falta de tiendas de discos en Mahón. Voy a buscar a Inés al cole y le comunico la noticia (a ella le gusta «Lullaby», una canción de cuna de Cohen del disco «Old Ideas»), y me pregunta que adónde se ha ido y si ya no habrá más canciones…

Por la tarde desafío las iras familiares y me planto ante el televisor para ver por enésima vez un documental / concierto sobre la vida y obra del cantautor canadiense que guardo como oro en paño. Nada menos que Nick Cave, Anthony, los hermanos Wainwright, Rufus y Marta, Teddy Thompson y otros, versionando lo más granado de la obra de Cohen mientras él explica su trayectoria… Mi mujer y mi hijo menor que está por aquí para rodar escenas con ella, irrumpen en el salón y me conminan a dejarlo. ¡Basta ya de este coñazo!, me dicen, los muy insensibles. Y me voy a mi altillo donde me pongo los auriculares y escucho el último y definitivo disco de Monsieur Cohen (era quebequés y sus referencias al francés son frecuentes), una obra prodigiosa con claro sabor a despedida, no sólo por su sobrecogedor Hineni, «Hineni I'am ready, mi Lord» (estoy preparado, Señor), sino por el tono sombrío y bíblico de la mayoría de piezas.

Gracias Leonard por ayudarnos a mirar las estrellas y saluda a Marianne… «So long».

SÁBADO, 12

Sábado invernal sin fútbol inglés: aumenta la sensación de desamparo en que me ha dejado el amigo Leonard, muy parecido al sentimiento de orfandad que me suscitó en su día la muerte de John Lennon y que comparto con Mikel del Akelarre en la atestada Pescateria (¿nos atrevemos, amigo, con un homenaje a Cohen en tu mítica sala?). Tampoco tengo ganas de leer cosas sobre Trump: quiero creer que a medida que tome contacto con el poder se irá moderando, pero me asusto cuando trato de profundizar en el alma republicana versión tea party que es la que realmente se ha impuesto…

Me refugio como siempre en la literatura: «Patria» de Fernando Aramburu, una novela magna que explica infinitamente mejor que mil reportajes los entresijos de la vida en Euskadi durante los años de plomo del terrorismo y el post terrorismo. Volveré a ella cuando la termine (más de seiscientas páginas de prosa sobrecogedora)…

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DOMINGO, 13

Actúo para un rodaje de mi hijo aunque la estrella es su madre, espontánea y natural. Por lo visto yo me pongo demasiado serio en mi intento de razonar. «Un rollo lo tuyo» me dice, «pero muy bueno como contraste». Snif, tanto remar para acabar siendo un telonero… Otro domingo sin fútbol. Spleen, que es lo mismo que melancolía pero en esnob.

La revista cultural «Jot Dowm» nos interpela sobre nuestra canción preferida de Leonard Cohen. Pero entre las diez que me ofrece («Suzanne», «So Long Marianne», «Take this waltz», «Hallelujah», «I'am your man», «Bid on the wire», etcétera), no está mi predilecta, «The traitor» en la soberbia versión de Marta Wainwright y porque es una cura de humildad, a todos nos podrían llamar traidor en la cara a la hora de pasar cuentas, quién no le ha fallado a alguien…

Un amigo me manda un correo preocupado por la política energética que pueda llevar a cabo Donald Trump, y no es para menos. La convicción republicana de que el cambio climático es un invento de progres y chinos para coartar el crecimiento económico de los norteamericanos es una bomba de relojería para el planeta, así como su amenaza de tumbar el obamacare lo es para millones de norteamericanos que pueden quedarse fuera de una mínima cobertura sanitaria. Oremus.

MARTES, 15

La lluvia repiquetea en las ventanas desde las que contemplo la danza frenética de los árboles del jardín al compás de las sibilancias del viento: Menorca invernal en estado puro, esa que no hay forma de convertir en eslogan para alargar la temporada. Más de una vez, en días como el de hoy, he tenido que rescatar turistas / náufragos en los aledaños de la Librería Catalana, donde diariamente recojo mi periódico desde hace cuarenta años, para llevarlos directamente en coche a sus hoteles, solución más fácil que explicarles cómo orientarse por aquellos intrincados andurriales o que Menorca es reserva de la biosfera…

MIÉRCOLES, 16

Trump, imposible escabullirse. El mundo, a excepción de Marine Le Pen, Nigel, Farage, Erdogan, Orbán y… ¡Putin!, atribulado ante los primeros nombramientos del magnate. El tea party al poder. Oremus de nuevo. Y es que el planeta parece entrar en un inquietante agujero negro. Acude al rescate Jeff Buckley con su soberbia versión del «Hallelujah» de Cohen…