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Una de las principales batallas que se libran en la sociedad actual, es la batalla por la audiencia. Se trata de ser visto, por cuanta más gente mejor. Y lo que importa es la cantidad, no la calidad. De ahí el éxito de los bodrios de masas. Porque pensar consume demasiadas calorías y va en contra del mínimo esfuerzo. Nos hablan más al corazón que a la mollera. Que hablen de uno y no lo olviden entre la avalancha de información, parece el principal objetivo. El share, el rating... los americanos sí que saben de esas cosas. Las cifras nos orientan en el competitivo mundo de los negocios y la publicidad mueve montañas... de dólares.

El carismático líder de Podemos consiguió protagonismo al saltarse el protocolo y regalarle al rey la serie "»uego de Tronos». Los demás quedaron fatal al no traer nada. Trataba de llamar la atención.

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Porque con las series se puede aprender mucho por capítulos. Eso de «continuará» nos deja con la impaciencia y la curiosidad por saber cómo sigue la trama. Como el turismo, van por temporadas. Las series forman parte de nuestras vidas: comedias, dramas, series históricas o de ficción, incluso series sobre asesinos en serie... hay forenses, abogados, detectives o amigos que viven juntos. Dime qué serie ves y te diré a qué hora quedamos.

Se rumorea que el rey está pensando corresponder al regalo de Pablo Iglesias y está dudando entre dos series españolas: «Aquí no hay quien viva» o «La que se avecina».