Amigo lector, me reclaman en otra parte, y te tengo que dejar solo unos cuantos «Asseguts a sa vorera». Escribo tembloroso, lo reconozco, porque se me hará raro no compartir a final de cada semana un rato de reflexión activa pero como imagino que sabes el guión de mi vida ha cambiado sensiblemente de un tiempo a esta parte y para que no me acusen de hacer trampas de ningún tipo tú y yo nos vamos a dar un tiempo.
No te negaré que me fastidia no charlar los sábados contigo y más porque vienen días importantes. Te echaré de menos. No te podré decir, por ejemplo, que está muy bien celebrar un día al año la fiesta del libro, Sant Jordi, pero que si le dedicásemos un poco más de atención a nuestros amigos de papel viviríamos aventuras fantásticas sin levantarnos del sofá. Aunque, por favor, no caigas en la tentación de apostar, en un día tan señalado, por uno de esos autores que, de la misma manera hay gente que solo lee el 23 de abril, parece que solamente saben escribir ese día del año.
Cuento con que los sábados me pasen rápido mientras voy deshojando margaritas, 'me extraña, no me extraña'. Mi mente, que es la que controla las ideas que se forman cuando me siento a escribir estas columnas, y mi corazón, que es quién impulsivamente teclea lo que digo, tendrán sus más y sus menos. Puede, que en mitad de la locura y del síndrome de abstinencia, agarre un megáfono y me plante en la plaza Colón a decir lo que pienso sin pensar lo que digo.
No te podré decir, tampoco, que el 24 de mayo tienes una cita a ciegas con la señorita Democracia. Que aunque no te atraiga la idea le des una nueva oportunidad. Ya sé que alguno de los que la frecuentan no han estado a la altura pero ten por seguro que habrá quien se embarca en estos retos con la ilusión y la convicción de luchar por hacer mejor las cosas. Quién sabe, puede que hasta te enamores perdidamente de nuevo. ¿Te cuento un secreto? Más que flores, lo que le gusta es que coquetees con ella en las urnas.
Me gustaría que esto no fuera un adiós sino un hasta luego, que no te vayas con otro, que me des un poco de tiempo porque después de más de seis años creo que nos lo merecemos. Seis años... Y parece que fue ayer cuando nos conocimos. Lo dicho, hasta luego.
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