VIERNES, 20
El catedrático mahonés Ildefonso Hernández de nuevo en la tribuna del Ateneo, donde resalta el déficit del sentido crítico en las modernas sociedades, la perentoria necesidad de desmontar marcos mentales torticeros como el que convierte la fértil longevidad en un engorro no sostenible y la falta de sensibilidad con el abuso de poder, presente en todos los órdenes de la vida, y ante el que, en demasiadas ocasiones, nos ponemos de perfil para no complicarnos la vida…
SÁBADO, 21
El cap de fibló nocturno oficia de apertura de Vivaldi para anunciarnos el nacimiento de la primavera. Un árbol de mi casa cuelga sobre la carretera, el jardín amanece repleto de ramas arrancadas pero el sol nos sonríe. También Zulema Bagur, que nos hace llegar una pieza de su personalísimo arte pictórico con una cariñosa dedicatoria. Ya es mucho que alguien nos sonría en estos tiempos de crispación, llegados a su culmen en la recién terminada campaña de las elecciones andaluzas, tan penosa.
Menos mal que por la tarde el Ateneo acude al rescate con su antológico curso de cultura clásica. El mito de Prometeo en versión de Protágoras nos enseña que no solo a base del fuego prometeico (tecnología) se gestó la humanidad, sino que Zeus nos mandó a Hermes para que repartiera entre los humanos sentido moral y justicia. Al finalizar le comunico off the record al catedrático mi sensación de que Hermes se ha cansado de nosotros y nos está abandonando. La palabra, la reflexión, la moralidad, convertidas en gorjeo (twit) y la justicia, cada vez más aleatoria. Ansiaba que el catedrático me reconfortara rebatiéndome, pero me da la razón: el ser humano no tiene remedio.
DOMINGO, 21
Plou i fa sol. Antes tenía un aura mágica, hoy queda a beneficio de inventario, como los eclipses, algo útil para hacerse un selfie, como los lugares turísticos que se visitan, o los acontecimientos que suceden en la rúa (¡Yo estaba allí!, menuda bobada). Los informativos, insoportables con su continuo conectar con los pormenores de la jornada electoral andaluza. Qué más da dónde votan los vips o si llueve o nieva…
A partir de aquí, desconecto. Nos invitan a un suculento arroz de llomàntol, le damos al rioja, y ya solo me quedan afanes para el clásico. Se me borran de la mente las elecciones andaluzas, literalmente. Me siento ante la tele: el juego del enemigo en la primera parte me hunde en el sillón en un silencio espeso. En la segunda, el alegretto de los míos me levanta del asiento. Así es el fútbol. Me voy a la cama fatigado por el susto inicial pero contento. Ni repajolera idea de las elecciones andaluzas. Así son las cosas, una carencia absoluta de conciencia ciudadana…
LUNES, 23
Hoy sí me ocupo del tema…después de echar una mirada a las portadas deportivas. El PSOE es duro de pelar en Andalucía y Podemos, a pesar de su éxito relativo, pincha en hueso, se esperaba bastante más. Peor parece tenerlo el PP, demasiada prepotencia y poca empatía con el sufrimiento de la gente. Ciudadanos le ha pegado un buen bocado. De momento algo cambia para que todo continúe igual…
MARTES, 24
Día dedicado a la preparación de una tertulia ateneística. Recuerdo cuando al principio de los ochenta, el president Quintana me encargó que las revitalizara después de unos años en stand by. Allá convergieron represaliados por el franquismo con damnificados por la reacción republicana. Allí aprendí a escuchar. Esta noche me toca hablar, pero espero inducir a un diálogo que aporte alguna reflexión interesante, fuera de la habitual guerra de trincheras.
MIÉRCOLES, 25
Paralizado por la consternación. Hace un año habíamos tomado ese vuelo. También hemos estado en Barcelonette, cerca de donde se estrelló. Contemplo en la prensa rostros sonrientes de congéneres que viajaban en el avión siniestrado. Son nuestras propias sonrisas cuando vamos de viaje. No creo en el destino pero sí en la espeluznante fatalidad. Ahí la tenemos, en toda su crudeza.
JUEVES, 26
Informaciones inquietantes sobre el accidente en el prestigioso «New York Times». Voces y golpes en cabina. La sombra de la mano negra no acaba de desvanecerse. Inquietud cósmica.