No. Por mucho que este fin de semana se estrene «50 sombras de Grey», sea San Valentín y se celebre Carnaval a ti no te han venido súper poderes sexuales y no te puedes venir arriba intentando una especie de salto del tigre desde el mueble de los calcetines. No. Primero porque pondrás en serio riesgo tu integridad física, mayormente la posibilidad de partirte los dientes contra la mesilla de noche, y segundo, porque tu integridad moral también se puede ver expuesta si, además de romperte la boca, tiene que venir el equipo del 061 a recogerte sangrando y con el pito al aire. En fin.
El destino, la coincidencia divina y el malévolo olfato de los promotores de la película ha querido que el tan esperado film sobre el tórrido bombazo editorial se estrene este fin de semana donde convivirán, además, los excesos carnavalescos y los carnales -el que tenga esa suerte-, a raíz de Cupido, su puntería y sus flechas.
Los mayas y Nostradamus ya sabían, a través de sus profecías, que este día iba a llegar y lo tenían marcado en rojo fosforito en sus tabletas electrónicas del momento. «El 14 de febrero de 2015 van a pillar cacho hasta el más feo y el más tonto». Y en eso están los solterones de oro, de mirra y de incienso, frotándose las manos y con el disfraz elegido minuciosamente desde hace tres meses y habiendo calculado la ecuación exacta de cubatas que se tienen que tomar para no pasarse de graciosos.
Ni he leído el libro ni creo que vaya a ver la película, pero según me cuentan el argumento gira entorno a un muchacho guapote que ha visto muchas cosas en internet y que sabe mucho de lo que es la vida mayormente, y que se empeña en repartir amor de cama por aquí y por allá escrito de una forma tan detallada que deja el curriculum de Nacho Vidal por los suelos. A partir de aquí, desconozco hacia dónde van los tiros.
Es muy divertido ver todo el alboroto que se ha despertado a raíz de este fin de semana tan cargado de eventos sociales tan dispares. La Red, repleta a cargar de filósofos de barra de bar, lleva tiempo calentando el ambiente con bromas que, con el paso de los días, se han ido tomando más en serio hasta el punto de que hay gente que de verdad confía en que pase algo especial esta noche. Como aquel que espera que los deseos de año nuevo se cumplan. Espero que el sueño de cada uno se haga realidad y que si nos venimos arriba con lo del salto del tigre hayamos contratado previamente un seguro dental por si la mesilla de noche nos juega una mala pasada.
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