La jovencita entró dando un portazo y arrojó la mochila sobre el sofá, donde su madre estaba, naturalmente, visionando la tele...
- ¿Qué te pasa, qué son esos modales?
- Estoy harta. Vengo del estadio y soy el hazme reír por mis tetas, siempre bamboleándose. No puedo más, quiero que me las reduzcan. Por favor, mamy.
-¿Otra vez a la carga ?
- Eh, eh ¡Bien quisiste tu aumentar las tuyas y bien que le gustó a papá que lo hicieras, ¿o no?
- Vale, vale, no vayas a coger una depresión, volveremos a hablarlo con papá. ¿ No irás luego a arrepentirte de la poda? Es el atractivo más sexy para una mujer de hoy. Y tú pretendes ser muy sexy, ¿sí o sí?
- Sí, pero sin pasarse.
En este instante, el papá hace su entrada, dice «buenas noches», arroja su maletín sobre el sofá y se coloca frente a la tele.
- Bueno, anda, cuéntale tus desgracias a tu padre - dice la mamá.
- Vale, pero se concisa. Quiero ver el «Sálvame».
- Las tetas, Pedro. Ha vuelto a lo de antes, quiere que le rebanen las tetas. No aguanta más su bamboleo, como dice ella. ¡Bamboleo!
- Oye, eso de bamboleo me gusta, ¿cómo se dice en menorquín?
- ¿Y eso que tiene que ver? Lo que quiero es que me rebajen las tetas. No lo aguanto más, papá. Soy la tetona del curso. No puc més, tengo tetas a betzef, ¿ las ves o no? Bien que te gustan las de mamá, aumentadas y corregidas, ¿no? Por cierto, en menorquín se dice balandreig. Y a betzef, es a paladas…¿Me sigues?