Si nos organizamos bien, cabemos todos. Solo hay que tener un poco de paciencia, tolerancia y, por encima de todas las cosas, buen humor. Estos días de agosto en los que tenemos la sensación de que Menorca ha quintuplicado su población porque no hay quién aparque o porque parece que hay más coches que personas, vendría de lujo que el Consell Insular, el Govern Balear o el mismísimo Ministerio de Magia editara una guía para limar las asperezas que brotan entre los nouvinguts y los que tiramos del carro en Sa roqueta todo el año. Para evitar las clásicas broncas entre turistas y locales que se repiten cansinamente año sí y año también. Comentan que la Unesco les ha cogido tanto cariño que plantea declararlo bien de interés nacional y cultural. O casi.
El caso, apreciado visitante, es que me gustaría comentarte unos aspectos para intentar mejorar en el bien de esta, nuestra comunidad. En Menorca, por más que maldigas y te empeñes, no vamos a un ritmo lento, el problema es que tú vienes acelerado. Aquí, a falta de autopistas y más rotondas, el límite de velocidad impuesto por l'Amo En Xec de S'Ullestrar -para que lo entiendas, nuestro oráculo- es el xino-xano, que no consiste en ninguna velocidad en concreto sino en preocuparse más por llegar al destino que por ser el primero en hacerlo.
Asseguts a sa vorera
Guía práctica del menorquín
09/08/14 0:00
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