Lo que no logró ni el PSM durante largos años de ejercicio político en el Ajuntament de Ciutadella lo empezará a aplicar ahora un gobierno del PP, el que tradicionalmente pasaba por ser, a ojos de la izquierda, el auténtico valedor de los intereses de los empresarios sobre el derecho de los peatones a pasear, sin obstáculo comercial alguno, por las calles del centro. La Plaça Nova y Es Born, como le pasó antaño a la de la Catedral, dejarán de ser el bazar que fueron. Y los sufridos comerciantes, golpeados por la crisis, tan sólo podrán sacar ya un metro cuadrado de su género para atraer a potenciales clientes. Incluido el negocio de una exconcejal en la mente de todos -y sus vecinos- cuya carpa invade, de lado a lado, una de las aceras de Es Born. Hasta las terrazas padecerán serias restricciones de espacio, como las ha habido ya de horario en su actividad. Un gobierno del PP pone orden donde otros no se atrevieron y reivindica el derecho de los vecinos como lo haría la izquierda más recalcitrante. A partir de ahora y en pos del consenso, toda mercancía queda reducida a un metro cuadrado.
De cul de bòtil
El mundo metido en un metro cuadrado
11/10/13 0:00
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