Mentir es lo contrario de decir la verdad, y se miente siempre precisamente para ocultar la verdad al estar convencidos de que una verdad concreta nos perjudica.
«Se coge antes a un mentiroso que a un cojo» dice un refrán. Pero no lo crean, por ahí hay mentirosos entrenados que han hecho de la mentira una provechosa herramienta de trabajo, incluso para gobernar.
2Mentir para quién no está entrenado es oficio muy fatigoso, pues requiere de una excelente memoria, ya que solemos recordar los hechos tal cual sucedieron y no cómo nos los hemos inventado. Por esa razón, el subconsciente suele traicionar al mentiroso.
Dicen quienes saben estas cosas, que hay mentiras piadosas: ¡pero qué guapos están los novios! Mentira cochina, ya que a él de por sí le parió su madre con cara vinagre y a ella ¡Uy! Ella con unas napias Cyrano de Bergerac. Un cul com una trona y unos morros como los de una vaca silbando.
Hay mentiras que a fuerza de repetirlas acaba el mentiroso por creer que son verdad. Incluso hay mentiras que yo les confieso que las prefiero a la verdad.
La historia que leemos y que nos han enseñado cuando se enseña la historia, es decir, de cuando éramos niños incapaces de discernir que aquello que nos contaban era una trola. Sí... la historia necesita un buen repaso de garlopa (1) que limpie tanta falsedad incrustada hasta la médula por intereses de unos y de otros. Un golpe de estado que deviene en una guerra civil tan sanguinaria como cruel, presentada como una cruzada.
Hay mentiras terribles, calumnias las dicen, que pueden arruinar la honra o el prestigio ajeno. Hay mentiras que llevan a un desgraciado a la cárcel. En EE.UU, a la inyección letal o la silla eléctrica. Hay mentiras que ganan juicios después de haber jurado decir la verdad y nada más que la verdad.
Diríase de algunos que aprenden a mentir antes que a hablar. La mentira se da mucho en las herencias, en las que algunos arramblan mintiendo con lo que no les corresponde, y luego, se pasan la vida adosados a una mentira y la indignidad que eso supone, pero ellos se autoconvencen de que han hecho las cosas bien. Debe ser verdad que a todo se acostumbra uno.
La mentira política es casi tan habitual como la verdad. A decir verdad, mentira y verdad conviven en perfecta armonía, incluso a veces las mentiras sirven para ganar elecciones.
(1) Garlopa: cepillo grande de carpintero
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