El objetivo de impulsar el coche eléctrico, que se planteó como uno de los planes estrella del pasado mandato, se ha quedado en casi nada. Una muestra evidente de ello es el minibús que se adquirió para trasladar a los usuarios del Hospital desde la parada de autobús más cercana hasta la puerta del centro. Costó 20.000 euros y permanece desde hace casi dos años sin uso, en un espacio de Sa Granja. El servicio que prestaba representaba un coste mensual de 3.200 euros y su actividad era mínima. Vale más que permanezca inactivo que no prestando un servicio que casi nadie reclama y con una repercusión económica tan elevada, solo como una promoción de un sistema de transporte alternativo y no contaminante, que se ajusta como anillo al dedo a una Reserva de La Biosfera. Menorca tuvo la oportunidad de ser pionera en la promoción de este tipo de transporte, sin embargo otras zonas avanzan mientras aquí estamos todavía en el punto de partida, quizás a la espera de sumarnos al ritmo de desarrollo que marque el propio mercado. La apuesta por sistemas alternativos de transporte merece una oportunidad para ayudar a reforzar la imagen de una Isla que pretende mostrarse como un referente de sostenibilidad y respeto al medio ambiente.
Editorial
Los planes infructuosos en transporte alternativo
30/08/13 0:00
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