"Pink Floyd" es uno de los grandes grupos británicos de rock progresivo ("underground" le llamaban en su día). Su música no ha envejecido y así aún hoy, décadas después, sigue plenamente vigente. "The wall" (1979) es una de sus obras más emblemáticas. Allí Roger Waters, su cantante principal, critica los adoctrinamientos a que son sometidos los niños en los colegios (¡Hey, Teachers , leave them kids alone! – ¡Profesores, dejad a los chicos en paz!) al comparar las consignas que se les imparten con ladrillos que ayudan a levantar un muro que encorseta la libertad humana.
La educación es básica para el desarrollo de una persona. Fundamental. Los planes de enseñanza deben potenciar las capacidades de los chicos para facilitarles su futuro. Menorca tiene hoy un enorme problema con la educación. Los resultados obtenidos están lejos de ser mínimamente aceptables. En estas condiciones parece razonable querer cambiar lo que, evidentemente, no funciona. Ahora el Govern balear ha propuesto un razonable plan de Trilingüismo (TIL) para elevar el conocimiento de las lenguas modernas y para internacionalizar la enseñanza en nuestras islas. Y como era de esperar la costra nacionalista ha saltado en su contra. El "establishment político" causante del fracaso educacional en nuestra isla no quiere que la cosa cambie.
Apelando a los falsos y manidos discursos totalitarios de la cohesión social, la lengua propia, el éxito obtenido, etc. ellos, más chulos que un ocho, proponen actos de rebeldía contra las decisiones democráticas de quienes ganaron las elecciones. Una diputada del Parlament balear (no menorquina) me comentaba hace unos días que Baleares cuenta con 12.000 docentes de los cuales 2.000 son adscritos a las teorías nacionalistas. Son los que, políticos camuflados y ante el silencio de todos los demás, han venido diseñando e imponiendo las líneas educativas en Baleares desde hace décadas. Son los que, comisarios políticos, se oponen a desactivar la nefasta "inmersión lingüística". Son los que para defender sus privilegios ideológicos se parapetan en las manifestaciones detrás de los chicos de sus clases en una de las imágenes más repugnantes que puedan darse: la manipulación forzada de unos niños inmaduros e inconscientes. A ellos sí hay que gritarles lo de ¡Hey, teachers, leave them kids alone!.
La polémica sobre la aplicación del nuevo Decreto del Trilingüísmo está desenfocada. El problema real no lo provoca la iniciativa del Govern, lo provoca la falta de preparación de buena parte de una clase docente que no está a la altura de sus colegas comunitarios. En cualquier país europeo sería impensable que un maestro no hablase un inglés fluido. No podría dedicarse a la enseñanza. Pero ¿qué pasa en Menorca? Pues que ciertos colegios parecen incluso ufanarse de no contar con ningún maestro en condiciones de enseñar en inglés. Y naturalmente surgen muchas preguntas.
Dejando aparte al sector de magníficos profesores que también existen en la Isla pero que permanecen silentes ante el griterío ideológico que les envuelve ¿cuál es el nivel de buena parte de los docentes menorquines? ¿Qué capacidad intelectual tiene un docente si, hoy, ni tan solo habla inglés, el idioma del mundo? ¿La decadencia de la Isla es resultado de la educación que se recibe?
Cuando vemos como algunos claustros se utilizan para hacer política, cuando grupos de enclaustrados se amotinan contra las directrices democráticas, recordamos a unos amigos que hace un par de semanas aseguraban que de persistir en estas actitudes revolucionarias pronto se abrirán expedientes y se depurarán responsabilidades por la vía legal. La educación no debe fomentar la utopía ni tratar de ser un camino hacia Ítaca. Debe transmitir conocimientos y formar en libertad. Entretanto se consigue hagamos coros a Roger Waters: ¡Hey, Teachers, leave them kids alone!.
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